En los últimos años cada vez más a menudo aparecen noticias en torno a comunidades energéticas, pero una advertencia: no todas las que dicen serlo lo son, ni cumplen la normativa al respecto. Según las directivas europeas, las comunidades energéticas son entidades jurídicas de participación totalmente voluntaria y abierta, donde el control efectivo lo ejercen sus miembros, que pueden ser personas físicas, pymes o autoridades locales. La orden foral al respecto puntualiza, además, que no se considerarán como tal las comunidades en las cuales la mayoría de los votos corresponda a entidades para las cuales el sector de la energía constituya un ámbito de actividad económica principal. Sin embargo, así es como se presentan las promocionadas Toda Energía y Ebroenergía.

Toda Energía plantea instalaciones fotovoltaicas sobre cubiertas de más de treinta ayuntamientos navarros. Bienes municipales que han sido cedidos inocentemente, creyendo que estos eran auténticos proyectos de comunidades energéticas. Esta entidad jurídica, no obstante, está diseñada para obtener beneficios económicos a través de subvenciones, de la ejecución de las instalaciones y de la venta de energía a sus miembros. Toda Energía no ha realizado el necesario proceso participativo para su constitución, sus miembros han sido simplemente captados, y carecen de control efectivo de la entidad, ya que entran en una organización cuya estructura está preparada para ser controlada por sus impulsores, la Cámara de Comercio presidida por Javier Taberna y la filial de Repsol Edinor.

Los ayuntamientos son cautivos en estos proyectos, obligados a asumir estatutos ya preparados, cuotas de inscripción y mensuales, y el pago de la energía que produce la instalación incluso cuando el resto de miembros no lo haga, por no existir o haberse ido de la entidad. Esto supone en muchos casos pagar por una energía no consumida durante al menos 25 años, lo que puede conllevar un déficit de miles de euros a las arcas municipales. Por si fuera poco, Edinor incumple la exigencia de control efectivo; ya que no podría ser miembro por incumplir el requisito de que “el sector de la energía no constituya su ámbito de actividad económica principal”.

Ebroenergía, proyecto en el que participan la empresa Ríos Renovables y la comercializadora energética Ebroenergía, a su vez, propone un modelo de producción en cubiertas municipales tipo on-site, en el cual no hay participación ni propiedad por parte de los posibles miembros, y la compra de energía debe ser obligatoriamente a través de la comercializadora que lo impulsa, incumpliendo la Orden Foral que establece que los miembros mantendrán los derechos que les correspondan como consumidoras y consumidores finales, entre ellos, la libre elección de comercializadora eléctrica.

El Gobierno de Navarra es consciente de todo ello. La Asociación de Empresas de Economía Social de Navarra ANEL realizó en 2023 un informe para el Departamento de Industria y de Transición Ecológica y Digital Empresarial, en el cual se concluye que Toda Energía es un agente que “siempre gana independientemente de los análisis efectuados” y no lo recomienda ni para hogares estándar, ni para negocios, entidades o residencias. Según el informe, desde el punto de vista financiero un hogar obtiene “el doble de ahorros en la vida útil de una instalación propia frente a la participación en CEL Toda Navarra”, y para mayores consumos los ahorros también son “muy relevantes y significativamente superiores” si se crean comunidades propias. Para las Entidades Locales la conclusión es igualmente tajante: “Una entidad local no puede asumir mayor autoproducción que lo que es su propio consumo. Si se hace cargo del consumo de otros asume un riesgo excesivo”. Así, el informe asegura que las entidades “asumen riesgos excesivos por su participación en CEL Todo Navarra, en todos los escenarios analizados es más interesante conformar una CEL Local”.

Frente a esta situación, EH Bildu planteó una pregunta parlamentaria a la Consejería del Departamento de Industria para conocer su postura, pero la respuesta no ha dado resolución a nuestras dudas. ¿Cómo se pueden presentar e impulsar dichas entidades sin verificar el cumplimiento de los requisitos establecidos? ¿Por qué no asume el Gobierno de Navarra sus responsabilidades y, al hilo del informe de ANEL, declara Toda Energia y Ebroenergia fuera de cumplimiento de la Orden Foral? ¿Por qué no se informa a los ayuntamientos y a la sociedad en general de lo que esta sucediendo y se evita que el patrimonio público se utilice para la obtención de beneficios privados? Las comunidades energéticas son elementos imprescindibles para la transición energética y el empoderamiento ciudadano, pero lamentablemente se está pervirtiendo su espíritu.

*EH Bilduren energia taldea