Con el objetivo de concienciar sobre uno de los desafíos más urgentes y apremiantes que enfrenta la humanidad, el 24 de octubre se celebraba en todo el mundo el Día Internacional contra el Cambio Climático, una fecha destinada a reflexionar sobre qué es el cambio climático y cómo nuestras acciones individuales y colectivas pueden marcar la diferencia en esta causa.

Recientemente la Cátedra de la UPNA Aprender-Ikasi organizó una jornada bajo el título “Educar sobre las dimensiones y efectos sociales del cambio climático”. Es evidente que este fenómeno tiene una serie de dimensiones y efectos sociales que afectan a la salud humana, la seguridad alimentaria, la movilidad humana, los medios de vida, la desigualdad o las infraestructuras, lo que plantea la necesidad urgente de abordar este desafío global de manera integral y equitativa, también en la escuela.

La jornada tenía el objetivo de mostrar saberes actualizados y ejemplos prácticos para que el profesorado pueda incorporarlos de manera innovadora a su labor cotidiana en las aulas. En esta jornada de reflexión y acción global, las Ikastolas de Navarra se reafirman en su compromiso en la lucha contra el cambio climático y su determinación por impulsar medidas concretas para contrarrestar uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo.

Su significado va más allá de un simple evento en el calendario, siendo un aviso de que el cambio climático es una amenaza real que requiere una acción global y urgente. De acuerdo con la ONU, está científicamente comprobado que la acción humana es la única responsable del calentamiento global de los últimos 200 años, provocando efectos devastadores que aumentan cada año.

Estamos convencidos que si actuamos de manera colectiva y comprometida, podemos empezar a revertir la situación climática para construir un futuro más sostenible para las próximas generaciones. La tala de árboles, los incendios y la conversión de tierras forestales en áreas urbanas o agrícolas son otras de las actividades humanas que liberan significantes cantidades de CO2 a la atmósfera. Al mismo tiempo, la deforestación también reduce la capacidad de la Tierra de frenar el cambio climático, una vez que los bosques actúan como sumideros de carbono que absorben y capturan el CO2 para reducir su presencia en el aire.

La educación sobre el cambio climático debe acompañarse de iniciativas locales concretas como la impulsada por las Ikastolas de Navarra desde 2009, con el proyecto Oinez Basoa, el cual muestra cómo las comunidades pueden integrarse en el esfuerzo global mediante proyectos sostenibles. Este año, en el marco de la fiesta del Oinez de Sangüesa, el proyecto plantea la reforestación con especies autóctonas, la instalación de observatorios para aves y la colocación de cajas nido para murciélagos. Estas acciones no solo contribuyen a la biodiversidad y a la estabilidad del ecosistema, sino que además promueven una mayor participación ciudadana en la conservación del medio ambiente.

El de 2024 será el segundo Oinez Basoa para la ikastola de Sangüesa puesto que en el Nafarroa Oinez celebrado en 2014, y en colaboración con la Mancomunidad de la Comarca y el Ayuntamiento de Sangüesa, se desarrolló el primero de los bosques que acogió tres actuaciones principales: recuperación del antiguo vertedero de residuos urbanos local mediante la plantación de diversas especies vegetales, la creación de un bosque comestible y colocación de cajas nido en el corredor de los ríos Irati y Aragón para impulsar la recuperación de aves de la zona.

Dado que aquellas tres intervenciones ya han cumplido con el cometido para el que se concibieron, en esta edición de Nafarroa Oinez, se ha optado por desarrollar un nuevo proyecto que aglutina varias actuaciones en la Merindad de Zangoza. Destacan la plantación de frondosas autóctonas como fresno, chopo silvestre, almez, serbal, en la zona del Soto de Sangüesa. Se ha optado por esta plantación por su valor ecológico y por los beneficios que estas especies aportan al entorno con la restauración del paisaje, la prevención de la erosión y la degradación del terreno, la contribución al enriquecimiento de la biodiversidad, el favorecimiento de la creación de microclimas que sirven de refugio a la flora y fauna local y la prevención y defensa ante los incendios forestales. De modo simultáneo se colocarán dos observatorios para aves, realizados con contenedores de vidrio en desuso que quedaran integrados en el entorno de modo armónico; el primero de ellos se instalará frente a las balsas de la depuradora de Sangüesa, lugar frecuentado habitualmente por numerosos biólogos y biólogas y personas aficionadas a la ornitología y el segundo, irá ubicado en el Muladar de Aibar, espacio delimitado, gestionado por Medio Ambiente, en el que se depositan cadáveres para la alimentación de aves necrófagas como buitres, alimoches o incluso quebrantahuesos, así como otras rapaces como el milano negro o el milano real. La intervención culmina con la colocación de cajas nido para murciélagos. En la Comarca de Sangüesa existe una agrupación del nóctulo mediano, una especie de murciélago muy escasa en la península y que se recoge como especie en peligro de extinción en el Catálogo de Especies de Fauna Amenazadas de Navarra contando con el asesoramiento de un biólogo local experto en murciélagos.

En el marco del Día Internacional contra el Cambio Climático, las Ikastolas de Navarra estamos convencidas de que la educación juega un papel clave al abordar estos problemas. Es en las aulas donde se puede sembrar la conciencia y la acción tempranas, pues la crisis climática no solo amenaza el bienestar ambiental; sino que impacta también en la estructura social, económica y de seguridad de todos y todas. Trabajar con compromiso y visión a largo plazo es la única vía para construir un futuro sostenible y equitativo.

El autor es director de Ikastolas de Navarra