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Tribunas

Realidad invisible de la salud mental de los mayores

Realidad invisible de la salud mental de los mayoresPixabay

El día 1 de octubre se celebra el Día Mundial de las Personas Mayores. Los días de son una ocasión perfecta para tratar de algunos temas de relevancia social. Concretamente, este día pretende que la sociedad tome conciencia sobre aspectos relevantes para las personas de edad avanzada. En este sentido, desde la Gerencia de Salud Mental del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea queremos poner el foco en la salud mental entre las personas mayores.

Por un lado, queremos seguir recordando, como la ciencia y la experiencia nos ha enseñado, que para tener un envejecimiento saludable es fundamental promover hábitos saludables a lo largo de nuestras vidas, y especialmente cuando nos vamos haciendo mayores. Este envejecimiento saludable es el resultado de la promoción de la actividad física y mental, la participación social, y la atención a nuestra salud emocional. Como dice una máxima referida a nuestras capacidades, popularizada por el psicólogo canadiense Donald Hebb, “Use it or lose it” (“Úsala o la perderás”). Queremos mandar un mensaje optimista respecto de la situación actual: vemos que la población progresivamente hace más caso de esta propuesta, y vamos observando cómo cada vez más personas mayores se mantienen activas y autónomas, aspectos que se han relacionado de modo muy claro con una mejor calidad de vida y una mayor satisfacción.

Dicho lo anterior, no queremos pasar por alto otro mensaje: si bien es cierto lo expresado en las líneas precedentes, las personas mayores sin embargo tienen que enfrentarse a muchos estresores en mayor frecuencia que las personas de otras edades, como son: las enfermedades físicas, la viudedad y pérdida de familiares y amigos, dificultades económicas, la falta de apoyo social, la reducción en la capacidad para mantener las actividades principales de su vida (pérdida de sus habilidades para el trabajo), el ser cuidador/a de una persona dependiente (con demencia, por ejemplo), etcétera.

Derivado de estos estresores, y junto con otros condicionantes, existe un número significativo de personas mayores que presentan dificultades relevantes de salud mental. Estos problemas van a requerir en muchos casos una atención especializada por parte de los servicios de salud mental.

Problemas como la depresión van a aparecer en un número frecuente de personas mayores. Según algunos estudios, alrededor del 15% de las personas mayores de 65 años presentarán depresión en algún momento, representando el tercer motivo de consulta en Atención Primaria, y suponiendo un aumento de riesgo de mortalidad, con múltiples consecuencias en la persona mayor y su familia, empeorando su calidad de vida, y su autonomía.

También sabemos que las tasas de suicidio entre las personas de edad avanzada son mayores que en ningún otro grupo de edad. Como factores de riesgo de suicidio en mayores se han descrito los siguientes: ser varón, vivir solo, estar aislado socialmente, no tener pareja, o circunstancias recientes de cambio ante las que cueste adaptarse.

Y por mencionar un último tipo de problemas de salud mental, hablaré de las conductas adictivas. Normalmente, asociamos la presencia de una adicción (por ejemplo, a alcohol, o a juegos de apuestas) con la población joven. No obstante, determinadas adicciones aparecen con una prevalencia considerable entre las personas mayores. La cada vez menor existencia de redes de apoyo familiares está dejando muchas personas mayores solas, lo que genera sentimientos de tristeza, soledad, abandono y falta de utilidad, y puede hacer más probable el desarrollo de conductas evasivas como son las apuestas o el beber en exceso, buscando manejar el malestar (los estados de tristeza depresiva, la ansiedad, el dolor físico o emocional, en definitiva).

Todos estos problemas mentales suponen un enorme desafío para la sociedad y para los sistemas de salud, ante los que se debe dar una respuesta adecuada. Este es uno de los objetivos prioritarios de la Red de Salud Mental de Navarra, donde en la actualidad se atiende a más de 3.500 personas mayores de 65 años, con todo tipo de trastornos, destacando en número los casos de personas con trastornos mentales graves, clínica depresiva o de ansiedad.

A pesar de ello, sabemos que aún no se diagnostica ni detecta a un número significativo de casos de personas mayores con problemas mentales. Muchas personas de edad avanzada todavía no consultan por estas dificultades, ni su entorno ayuda a detectar esas problemáticas.

Por ello, quiero terminar dirigiéndome a las personas mayores que estén sufriendo un malestar emocional importante, y a aquellas que sepan/sospechen de alguna persona mayor cercana que lo esté padeciendo, para que tomen conciencia de la importancia de consultar con un profesional de salud en estos casos, y pedir ayuda.

El autor es jefe de área de Recursos Intermedios en Salud Mental del Servicio Navarro de Salud