osasuna estrenaba entrenador. Se esperaba que el equipo presentase una cara diferente a la que ofrecía con Camacho, pero lo que no entraba ni en la cabeza de los más optimistas fue la revolución que supuso Mendilibar. Osasuna se sometió a un cambio radical.
El once
Calleja, la revolución
Mendilibar empezó la revolución por el once. Obviamente no se puede valorar si estos son sus hombres de confianza por la cantidad de bajas que sufría el equipo. En la defensa puso lo que había y el gran cambio vino en la línea de la mediapunta. Mantuvo el 4-2-3-1 que utilizaba Camacho, pero con una variación. En vez de cargar a un ariete la labor de mediapunta, puso a Camuñas detrás de Pandiani. El madrileño es un jugador que se desenvuelve muy bien en esa posición, como ya demostró en el Recreativo o en el Xerez. En la etapa de Camacho, la baja de Aranda la hubiese suplido Leka. Además, Pandiani y Camuñas hubiesen mantenido su posición. Pero Mendilibar no hizo eso. El vizcaíno optó por colocar a Calleja en banda izquierda de titular, algo que no había ocurrido en esta Liga. Calleja rindió a un nivel superlativo y sacó los tres córners que acabaron en gol (uno de ellos, el penalti de Duscher con la mano).
Disposición en el campo
Líneas adelantadas y juntas
Una vez se sabía el once, había que ver cómo se colocaban en el campo. Para empezar, se vio a todas las líneas de Osasuna muy juntas, lo que impedía que hubiese muchos espacios entre unos y otros. Además, se pudo ver a la defensa muy adelantada para achicar espacios y acercarse a los centrocampistas. Por otra parte, cuando había algún balón aéreo, Camuñas y Pandiani intercambiaban posiciones para internar aprovechar una peinada del uruguayo. También se notó la mano de Mendilibar en la disposición de los dos mediocentros. Con Camacho, Puñal y Nekounam solían jugar en paralelo, mientras que ayer al iraní se le vio con más libertad y un poco más adelantado que el de Huarte. También destaca que Mendilibar reaccionó durante el transcurso del partido y se adaptó al resultado. Con 2-0, retrasó la posición de Nekounam y sustituyó a Pandiani, cansado después de un gran esfuerzo, por Soriano, colocando un trivote y dejando a Camuñas arriba para intentar aprovechar un contraataque con su velocidad.
Juego
Presión y rápido a portería
Con las líneas juntas se facilita mucho la primera premisa de Mendilibar: presionar. Osasuna, con Camacho, cuando perdía un balón buscaba replegarse. Con Mendilibar, los rojillos buscan recuperar la pelota lo más cerca posible de donde lo hayan perdido. Así, ayer se pudieron ver hasta 3 contra 1 que acababan con una recuperación del balón. Después de que se cumpla la primera premisa y se recupere la pelota, llega la segunda: llegar rápido a portería. No confundir llegar rápido con el pelotazo sobreutilizado con Camacho. El equipo busca la superioridad por banda para entrar al área o poner un buen centro. Y quiere que el equipo presione los 90 minutos. De esta manera llegó el último gol. Soriano y Masoud presionan, el iraní roba y centra para que defina el aragonés. De esta forma, la defensa del Espanyol quedó desguarnecida y descolocada en más de una ocasión. Lo que había sufrido Osasuna muchas veces esta temporada, el robo de un balón en una zona comprometida, lo utilizaba ahora como arma para atacar a un Espanyol en el que no entraban en juego Javi Márquez ni Callejón, ahogados por la presión, dos piezas claves para que los pericos puedan crear algo de peligro. Así pues, Mendilibar anuló al rival desde el minuto 1 gracias a la presión que ejecutó su equipo.
Estrategia
Tres goles de córner
Otra de las grandísimas novedades. A Camacho se le reprochaba, y mucho, su falta de entrenamiento de las jugadas a balón parado, tanto en ataque como en defensa. En su portería, Osasuna había encajado goles de saques de esquina que le habían costado puntos (como en Bilbao o Almería). También se le reprochaba al de Cieza que en ataque el peligro era nulo. El primer cambio estuvo en el lanzador: Calleja suplió a Puñal y puso centros muy buenos. Osasuna llevó mucho peligro, y se vio cómo había jugadas trabajadas. De ahí vino el primer gol, de Nekounam, en el minuto 13; el penalti en el 52, que acabó en el segundo gol rojillo; y el tercero de Lolo, tras tocar Soriano. Tres tantos, una efectividad brutal que, además, pudo ser mayor ya que Neko tuvo otra oportunidad. Pero la novedad no sólo estuvo en los córners ofensivos, también en los defensivos. El equipo de Mendilibar defiende en zona, con Nelson cubriendo el saque en corto y tres compañeros detrás de él (Nekounam casi siempre posicionado cerca del primer palo) que cierran la entrada de los delanteros y permitían a Ricardo coger el balón con tranquilidad y sin que nadie le molestara. Además, en vez de dejar a un jugador arriba, colocaba a Camuñas y a Masoud en cada una de las bandas, lejos del área, obligando a los pericos a dejar a tres jugadores en la retaguardia.
Su actitud
Desde el minuto 6 de pie
Este no fue un cambio táctico ni nada parecido, pero la actitud de Mendilibar en el banquillo fue bastante diferente a la de sucesor. Camacho solía pasar buena parte de los minutos dando las instrucciones sentado desde el banquillo, mientras que Mendilibar se levantó en el minuto 6 y no se volvió a sentar en todo el partido. Estuvo muy activo dando instrucciones, especialmente a su defensa en la presión. No quería que sus centrales se metiesen en la parte de atrás y les insistía con gestos que saliesen de la cueva. El de Zaldibar no celebró muy ostentosamente los goles, pero no paró quieto ni con el partido sentenciado.
Este el nuevo Osasuna, un conjunto que ha cambiado radicalmente su juego gracias a la llegada al equipo de Mendilibar, y esperemos que siga con los resultados buenos una vez acabe la euforia de la llegada del nuevo entrenador.