El último en llegar a Osasuna, el fichaje del mercado de invierno, se ha adaptado a las mil maravillas a los requerimientos de Mendilibar y desde su debut en Primera con el técnico vizcaíno prosigue con su interesante proceso de crecimiento. Ayer fue el autor del gol, al alimón con Stankevicius, y resultó uno de los futbolistas más inquietantes para la zaga del Valencia. A Cejudo no le pudo la presión, se atrevió a desplegar su juego con el balón, y siempre quiso hacer cosas. Se ha ganado ser la revelación.
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