El Zaragoza regresa hoy a los entrenamientos, desde las 10.30 horas en la Ciudad Deportiva. Será una de las dos oportunidades que habrá a lo largo de la semana de seguir in situ las evoluciones del equipo ya que Javier Aguirre también le otorga gravedad al encuentro del domingo y ha decidido que sus jugadores, principalmente, trabajen durante estos días a puerta cerrada.
La plantilla se entrenará todos los días desde las 10.30 horas, pero las sesiones serán abiertas hoy y el viernes. Las de mañana, el jueves y el sábado ésta, en La Romareda serán sin presencia de público, aficionados, curiosos, espías, medios de comunicación y todo lo que se quiera. Aguirre, exentrenador de Osasuna, también prefiere quitarse de en medio estos días y va a limitar su presencia ante los medios de comunicación a la conferencia de prensa previa al partido. No quiere entrevistas personalizadas, circunstancia que vienen practicando los futbolistas de la plantilla que, al mantener un contencioso con los medios locales, limitan sus apariciones a las comparecencias oficiales programadas por el club.
Con la importancia de los puntos del domingo de por medio, este ambiente silencioso queda reivindicado. Tras la victoria contra el Real Madrid, el Zaragoza se aseguraría la salvación sacando adelante uno o los dos encuentros que le restan por disputar en su estadio, dependiendo de lo que sean capaces de hacer sus rivales en la lucha por la permanencia. En un principio, la plantilla del conjunto maño ha insistido desde hace bastantes jornadas en que logrando el triunfo en los partidos que tiene que disputar en La Romareda, de los que ahora restan Osasuna y Espanyol, se iban a alcanzar los 42 puntos en los que se cifra la salvación. Sin embargo, los resultados de sus rivales en dicha lucha hacen pensar que, de seguir la misma progresión que hasta ahora, probablemente sea necesario superar esa barrera. Sumando los dos triunfos en casa se alcanzarían los 45 puntos.
El primero, y más importante de los encuentros que tiene que afrontar en su estadio, es el de la próxima jornada frente a Osasuna, un rival directo en la lucha por no caer a Segunda, que además conlleva una gran rivalidad.