PAMPLONA. César Azpilicueta y Nacho Monreal han dejado en las arcas del club 12 millones de euros -cifra de entrada, incrementable por una serie de variables en función del rendimiento del jugador con su nuevo equipo y el cumplimiento de otros objetivos-, una cantidad elevada si se observan estas operaciones desde la crisis galopante que atornilla también al fútbol -apretura menor que en otros sectores porque los sistemas de control siguen siendo discretos-.

En dos veranos consecutivos, Osasuna ha dejado marchar a los protagonistas principales de la actividad en sus dos flancos en los últimos tiempos, César Azpilicueta y Nacho Monreal. Con un año casi exacto de diferencia -el Olympique de Marsella anunció el acuerdo para fichar al lateral derecho el 21 de junio de 2010, y Osasuna comunicó el traspaso de Monreal al Málaga el 15 de junio pasado-, el conjunto navarro ha hecho una caja importante con los dos traspasos. Osasuna se ha asegurado el ingreso de 12 millones de euros -seis por cada uno de los futbolistas-, cifra que en cada caso se podría ir incrementando en función de la consecución de objetivos personales y colectivos de cada uno de sus nuevos clubes durante su estancia.

Si siempre se puede discutir lo jugoso de los ingresos, la obligatoriedad de esgrimir la cláusula o la habilidad de la negociación, lo cierto es que en el más puro nivel crematístico el mercado de los laterales ha sido exitoso en lo económico para Osasuna, ya que casi no ha habido equipo de la Liga que haya realizado operaciones más ventajosas con sus futbolistas de la casa. Solo el Sevilla se sale por arriba en el traspaso de sus futbolistas de banda, ya que solo por las salidas de Sergio Ramos (Real Madrid, Alves y Adriano (Barcelona) se ha metido en el bolsillo 69 millones de euros en una acumulación de operaciones que no son normales, ni por el montante de algunas de ellas ni por la coincidencia en el club vendedor.

La segunda parte de la película es que ya sea por intereses del club, por los de los jugadores o de su progresión, Osasuna ha tenido que pasar de contar con dos jóvenes canteranos con proyección a administrar el juego por los laterales con futbolistas distintos. Como la cantera no suele dar para tanto, en el caso del flanco derecho la adquisición de Nelson sirvió para proponer un fútbol diferente, sorprendente y poco táctico, anárquico y rebelde. El lateral izquierdo es ahora la nueva misión, otro cantar. Siempre con un zurdo.