pamplona - La comisión gestora de Osasuna volvió a reunirse en la tarde de ayer en El Sadar y, tras otra sesión maratoniana -de alrededor de tres horas-, volvió a posponer la decisión sobre el entrenador o, por lo menos, a comunicar públicamente el nombre del elegido. El propio presidente de la gestora, Javier Zabaleta, anunció tras la reunión matinal con la consejera que por la tarde podría producirse la ansiada noticia. Sin embargo, la comisión cerró la sesión sin entrenador conocido y se remite a un nuevo encuentro esta tarde, desde las 17.00 horas, para allanar los caminos hasta la decisión final.

Los tres nombres que se han conocido siguen sobre el tapete, Bordalás, Urban y Martín, y solo el consenso, o el deseo de acertar en esta delicada decisión -asunto susceptible y objeto para la discusión-, puede estar retrasando este anuncio realmente importante, con trascendencia pero necesario para la definición del proyecto.

La comisión gestora, por otra parte, tiene que tratar también hoy acerca de la continuidad de tres técnicos que terminaron ayer contrato y sobre los que se debe decidir. El secretario técnico, Pedja Vasiljevic; el director de la escuela de Tajonar, Enrique Martín Monreal; y el segundo entrenador de las últimas temporadas en Primera, Alfredo, terminaron ayer contrato -hasta el 30 de junio regía su vinculación con el club- y ahora han sido citados por los actuales rectores de Osasuna para tratar acerca de su futuro o no.

Osasuna no solo vive un momento delicado en lo que económico, sino que la visualización de un proyecto deportivo claro está costando más de la cuenta. La falta de recursos está influyendo en lo deportivo, pero también es necesaria la ineludible toma de decisiones que se están haciedo de esperar cuando tan solo quedan dos semanas para que la primera plantilla se ponga en marcha, con los primeros entrenamientos en Tajonar.

Por otro lado, Osasuna comunicó ayer oficialmente el traspaso de Oriol Riera al Wigan inglés. Los 2,5 millones de la venta del ariete se le quedan al conjunto rojillo en 1.875.000 euros, ya que la otra parte se marcha directamente a las arcas de Hacienda. Osasuna deberá hacer esta resta del 25% para calcular como llega hasta los 5,2 millones que se adeuda a los jugadores y que, una vez que han denunciado, ponen en verdadero riesgo al club por el descenso administrativo.