Pamplona - Osasuna levantó este miércoles el pie del acelerador antes de afrontar el ajetreado calendario de partidos amistosos que le espera en los próximos días. Tras dos jornadas consecutivas (lunes y martes) en las que la plantilla se ejercitó en doble sesión (una matinal y otra vespertina), Enrique Martín Monreal dispuso ayer un único entrenamiento. Se celebró por la mañana y fue más suave de lo habitual, mientras que los jugadores tuvieron la tarde libre antes de volver hoy a la dinámica de dos entrenamientos en un mismo día (uno a partir de las 9.00 horas y otro desde las 19.00 horas).

La sesión matinal de trabajo se prolongó durante 90 minutos y resultó menos exigente que en otras ocasiones. Fue un entrenamiento en el que los jugadores realizaron técnica con balón y evoluciones. Además, el técnico también aprovechó para dar una charla a toda la plantilla y a sus ayudantes.

El único que no se ejercitó ayer fue el jugador de Osasuna Promesas Diego Rubio, que el día anterior ya tuvo que retirarse de la sesión con un esguince del ligamento lateral externo de su tobillo izquierdo, una dolencia que ayer le impidió saltar a los campos de entrenamiento de Tajonar. Quien sí pudo completar la sesión y al mismo ritmo que sus compañeros fue Nino. El delantero almeriense se entrenó el martes por la tarde con una menor carga de trabajo que el resto de la plantilla, pero ayer pudo hacer todos los ejercicios con normalidad.

Tras la tarde festiva de la que dispusieron los jugadores ayer, la plantilla vuelve esta mañana al trabajo para preparar los dos primeros amistosos de pretemporada. Y es que Osasuna se estrenará mañana (19.00 horas) en Olite contra el Eibar y un par de días después, el domingo, recibirá en el estadio de El Sadar, también a partir de las 19.00 horas, al Athletic. Serán dos buenas ocasiones para comprobar el rendimiento del equipo y el comportamiento de los hasta ahora cuatro únicos fichajes: Álex Sánchez, Tano Bonnín, Adrián Cruz y Nauzet Pérez.