Pamplona - El partido del viernes tiene riesgo de que haya un invitado extra: la nieve. Las previsiones indican que pueden caer copos incluso a la hora del encuentro, pero no parece que el partido vaya a peligrar salvo que caiga una borrasca inesperada, eso sí, el club ya tiene todos los medios preparados para que el campo esté en las mejores condiciones posibles.
“Da igual el clima. Lo único que nos importan son los tres puntos y es en lo que pensamos. Haga lluvia o viento no nos importa. He jugado de todas las maneras -dice riendo- en charcos, embarrado, en todo... Se pone balón naranja y ya está”, esa es la visión de Sergio Herrera, el portero de Osasuna, sobre la posibilidad de que nieve durante el partido de mañana.
Las previsiones indican que la nieve puede caer hoy o mañana. La Agencia Estatal de Meteorología ha dado aviso amarillo por riesgo bajo de nevadas en el centro y norte de Navarra, donde se pueden alcanzar espesores de nieve de entre 2 y 5 centímetros. En caso de que lo haga durante el día de hoy, Osasuna, con Juan Carlos Sanz a la cabeza, está preparado para poder tratar el césped y que esté en perfectas condiciones.
De hecho, para ayudar a que esto sea posible, el club ha adelantado el entrenamiento en el estadio a la mañana, cuando el día antes habitualmente suelen hacerlo cercano a la hora del encuentro del día siguiente, por la tarde.
Hasta hoy por la noche, Osasuna puede tener el tema controlado, a partir de ahí ya escapa de su control, ya que dependerá del tiempo. En caso de que nieve en el día de partido, los trabajadores rojillos se dedicarían a quitar la nieve -todo el material está en El Sadar preparado por si acaso-, aunque con las previsiones que hay no parece que vayan a caer copos suficientes como para que vaya a haber problemas y el partido se podrá disputar con normalidad, a la espera de acontecimientos.
El equipo visitante, el Nástic, llega hoy mismo a Pamplona para evitar problemas en el día del partido (aunque el más famoso de retraso fue el del Barcelona por una huelga de controladores, no por problemas de nieve).
De esta manera, pese a la previsión de nieves, el encuentro no tiene visos de que corra ningún peligro, y así lo piensan también en el club rojillo ya que, aunque se han puesto en alerta por si acaso, no creen que vaya a correr peligro el encuentro.
En caso de que nieve durante el encuentro, éste se disputará normal, eso sí, con balón amarillo para facilitar la visión a los jugadores y al portero y, a buen seguro, traerá recuerdos a muchos de los asistentes al campo.
Recuerdos como los partidos contra el Sevilla hace ya casi una década, donde la nieve escoltaba el encuentro, a comienzos de siglo y hacía que el encuentro tuviese tintes heroicos.
Pero el recuerdo más cercano que dejó la nieve fue el de la suspensión del encuentro contra el Zaragoza, en el año de la salvación en Sabadell. Allí, en medio de una tremenda nevada, los empleados de Osasuna, en una de sus temporadas más complicadas, se deslomaron para intentar que el encuentro se jugase, pero fue imposible y, entonces, llegaron las inoportunas y desacertadas declaraciones del entrenador visitante, Popovic, materialmente insinuando que Osasuna no quiso quitar la nieve para que se suspendiese el encuentro, algo que molestó mucho al club navarro. La nevada caída durante la madrugada en Pamplona cubrió por completo el terreno de juego y dejó impracticable el campo al presentar una capa de nieve de unos diez centímetros. Para este viernes se esperan entre dos y cinco centímetros, como mucho, bastante menos que lo que cayó y cuajó en aquellos días.
No fue el primer partido contra el Zaragoza que se vio influido por la nieve, ya que el 9 de febrero de 1983, en una situación similar a la que ocurrió hace tres temporadas, el colegiado Emilio Carlos Guruceta decidió que el partido entre Osasuna y Zaragoza se disputase a pesar de que el césped de El Sadar se encontraba recubierto por una importante capa blanca.
Hay que recordar que también hace tres campañas, pocos días después de suspender el encuentro contra el Zaragoza, los rojillos también vieron como se aplazó el partido contra el Alavés por hielo, pero en este caso en el campo vitoriano.
No parece que este vaya a ser el caso de mañana en El Sadar, pero sí que lo más aconsejable es que todo el que se quiera acercar al campo rojillo vaya bien abrigado para evitar el importante frío que eso sí que está asegurado.