nota aclaratoria: si usted tiene que ver algo con el Levante, ostenta algún cargo en el club granota o le une algún tipo de vinculo con alguien que pueda tomar una decisión sobre la futura plantilla levantinista, no lea esto. Gracias. Osasuna va camino de la Primera División a lomos del mejor jugador de Segunda: Rubén García. No es discutible ni que los rojillos son el mejor equipo (así lo dicta hasta la clasificación) ni que el valenciano es una cosa bárbara para esta categoría.

Se puso por delante el Deportivo. Marcó un chico llamado Quique y que juega de delantero. Esta segunda parte tal vez despistó a los rojillos para darse cuenta que era su excompañero, el que ha metido goles allá por donde ha ido y le han puesto de delantero y no de carrilero. ¡Qué cosas!

Centrando el tema en los rojillos, que están como para no hacerlo. Pese al tempranero gol visitante, nadie se puso nervioso. Un balón perfecto de Clerc a la espalda de la defensa fue aprovechado por Rubén García para marcar al contraataque. Un gol que, por ejecución, se parece mucho al que marcó al Málaga también para empatar el partido a uno.

El 14 de Osasuna realizó un partido sublime en todos los aspectos, desde la creación, la recuperación y la definición. El segundo gol es una obra de arte propia de un jugador de otro nivel (eso sí, casi nos quedamos sin ella si no llega a ser por la buena vista del linier).

Rubén es un jugador casi de dibujos animados. De hecho, por posición, recuerda al protagonista de una serie de televisión que marcó a una generación llamado Oliver Atom. Su capacidad para dominar diferentes registros da al ataque rojillo multitud de variantes tanto para controlar el encuentro como para desmoronarlo en cuanto quiere.

Pero, ojo, que Rubén García no está solo. Ahora mismo uno de sus mejores socios es un Rober Ibáñez que está a un gran nivel de forma, pero es que el resto del equipo no se queda atrás.

Especialmente los que entran desde el banquillo, que siempre aportan. Ayer, por ejemplo, se comprobó el crecimiento que está desarrollando un Luis Perea cada vez más dominante en su parcela del terreno de juego.

Y así, Osasuna dio un golpe fuertísimo encima de la mesa, sentenciando la carrera por el ascenso directo a tres contendientes, y volviendo a hacer disfrutar a El Sadar como hacía años que no se recordaba. Aunque claro, con el Oliver Atom de la Segunda División, todo es más fácil.