Pamplona - Corría el 22 de noviembre de 2013 cuando Osasuna visitó por última vez en Primera el estadio José Zorrilla. Entonces ganaron los rojillos con un gol de Oier. Casi lo poco que continua desde entonces hasta ahora, ya que ambas instituciones han cambiado completamente tanto en el campo como fuera de él.

Si a cualquier rojillo le recuerdan la temporada 2013-2014 comienza a tener sudores fríos. Pero por el noviembre de aquel año todo parecía correcto. Javi Gracia tenía al equipo medianamente controlado y en la visita a Valladolid se demostró llevándose la victoria del campo vallisoletano. Lo hizo con un gol de Oier, el cual tenía importancia pero no el peso actual. El de Estella, con Roberto Torres, es de lo poco que queda en Osasuna de aquel duelo.

Esa temporada, como todo el mundo recordará, el club navarro acabó descendiendo a Segunda división. A partir de ahí entró en una crisis profundísima, especialmente en lo institucional. Miguel Archanco dejó el club y comenzaron a salpicar problemas graves que estaban escondidos. El culmen llegó cuando el exgerente rojillo desveló una trama de amaños que acabó derivando en el descubrimiento de un expolio tremendo por parte de los antiguos exdirigentes.

Esto arrastró a la parte deportiva hasta casi el fondo. Tras salvar la Gestora varias bolas de desaparición durante el verano aquel, el equipo fue cayendo y cayendo hasta llegar a la última jornada, la de Sabadell. Allí comenzó una reconstrucción en todos los ámbitos, con sus luces y sus sombras, con sus aciertos y sus errores, liderada por Luis Sabalza desde la presidencia.

Los rojillos en este periodo han encadenado dos ascensos y otros tantos descensos, pero sobre todo han recobrado la ilusión de la parroquia navarra de la mano de Jagoba Arrasate.

Pero no han sido los únicos que han cambiado. El rival, el Valladolid, ha cambiado hasta de propiedad. Carlos Suárez, conocido azote de la entidad rojilla por el asunto de los amaños, dejó el club en manos de un histórico como Ronaldo Nazario da Lima. Además, Sergio ha tenido un efecto parecido al de Jagoba en Osasuna y ha levantado los ánimos castellanoleoneses tras su ascenso y posterior permanencia en Primera.

Está claro que el encuentro de mañana es un duelo histórico entre dos entidades con mucho recorrido, pero que han cambiado una barbaridad desde su último encuentro en Primera división.