apoyo. No era un desplazamiento fácil, ni por la hora (9 de la noche) ni por el día (un miércoles laboral, víspera de otra jornada laboral). Tampoco animaban los precedentes -apenas dos victorias en las 38 visitas ligueras anteriores- ni, incluso, el ambiente hostil y hasta peligroso de alguna de las calles cercanas al Bernabéu. Pero ahí estaban los incondicionales, un centenar largo de hinchas rojillos, aislados en una de las gradas del estadio. Y pese a ser tan pocos en comparación con el total de 62.000 espectadores del encuentro, a veces incluso se hicieron oír con sus ánimos. Y hasta el segundo gol -el segundo de verdad, el de Rodrygo, no el anulado por el VAR- creyeron en la sorpresa. Foto: Agencia LOF