Pamplona - A Jon Moncayola (Garínoain, 1998) le llueven los elogios desde que el pasado 18 de agosto debutara con el primer equipo de Osasuna. A su entrenador, Jagoba Arrasate, no le tembló el pulso a la hora de apostar por el canterano, hasta entonces sin experiencia en Segunda ni en Primera División, en el retorno rojillo a la máxima categoría. Fue la gran novedad de su once en el estreno liguero del conjunto navarro, que se produjo en Leganés y que se resolvió con victoria por la mínima gracias a un gol de Chimy Ávila. Desde entonces, el joven centrocampista navarro, de 21 años, ha participado en todos los compromisos oficiales de su equipo. Es la gran novedad de la temporada. La sorpresa. La revelación. Casi ni él mismo se lo cree, pero es una realidad.

Jon Moncayola es uno de los seis jugadores de Osasuna que ha participado en los ocho primeros partidos de Liga del conjunto navarro.

-Me parece un dato bonito. Es señal de que el entrenador está contando conmigo y de que estoy haciendo las cosas bien. Ojalá siga así la cosa y sean muchos más.

Si se lo dicen en verano...

-No me lo creo (risas). Empecé la pretemporada con muchas ganas y sintiéndome uno más, me trataron muy bien y eso también me ha ayudado a la hora de tener confianza. De momento las cosas están yendo bien, tanto para mí como para el equipo.

Ha pasado casi directamente de Tercera a Primera División. Casi nada.

-El año que estuve entre el Iruña y el Promesas, que por aquel entonces estaba en Segunda B, fue importante para mí porque, cuando acabé mi etapa en el División de Honor juvenil de Osasuna, salir al Iruña era como un paso atrás, pero en todo momento me lo tomé bien, como una posibilidad de crecer y de seguir haciéndome futbolista. La temporada pasada ya estuve entrenándome con el primer equipo y fui convocado para algunos partidos, pero este año en Primera no me lo imaginaba así.

Se trata de un salto brutal.

-Sí, el cambio de ritmo, de intensidad, de tensión, los nervios? Es una atmósfera diferente, pero el hecho de que haya tanta gente viendo los partidos te hace estar más concentrado a la hora de hacer las cosas.

Habla de nervios, pero no parece que los tenga cuando salta al terreno de juego.

-Van por dentro (risas). Los primeros días estaba nerviosete, pero los veteranos me ayudaron mucho y ahora estoy con más ganas de salir y jugar que al principio.

¿Le sorprendió ser titular en Leganés en el primer partido de Liga?

-Fue inesperado. Es verdad que había gente recién llegada y era más fácil entrar en la convocatoria que ahora mismo, pero me puse muy nervioso cuando el entrenador me dijo que iba a jugar de inicio. Fue un día bonito: logramos los tres puntos, hubo un ambientazo con la gente que se desplazó... La verdad es que todo fue muy bien.

¿Qué le dijo Jagoba Arrasate antes de debutar?

-Que no había hablado antes conmigo porque sabía que lo iba a hacer bien. Me lo dijo en el sentido de que lo normal hubiese sido que me hubiera avisado al mediodía para que lo fuera asimilando, pero dio la alineación y me dijo: “Haz las cosas que sabes y no hagas nada para llamar la atención, nada diferente a lo que sueles hacer, y apóyate en los compañeros”. Creo que lo hice bien y los tres puntos fueron la guinda.

La temporada pasada debutaron con el primer equipo Juan Pérez, Endika Irigoien, Aimar Oroz y Javi Martínez. ¿Se llegó a desesperar?

-No. Siempre que he ido convocado, y más el año pasado, cuando estaba con el Promesas, me lo tomaba como un premio. La mala suerte que tuve es que los días que fui fueron partidos con resultados ajustados y no pude jugar, pero sabía que algún día me llegaría la oportunidad.

Y vaya si le ha llegado?

-Sí (risas). El final de la temporada pasada, con el equipo medio ascendido, me pilló con el Promesas jugándonos la fase de ascenso. No logré debutar, pero este año ha sido una doble alegría por hacerlo en Primera División.

¿Se ha quedado algún recuerdo de su estreno?

-Me he llevado dos camisetas: la del partido en Leganés y la del día del Barça. Las pondré en mi cuarto. Los demás días procuro cambiarlas con alguien del equipo rival, pero esos dos días tenía claro que quería conservar las mías.

¿Con quién lo hizo en el Bernabéu?

-Con James.

¿Por algún motivo especial?

-Sin más. De hecho, soy más del Barça, pero jugar en el Bernabéu fue una sensación espectacular. Es un campo increíble. Ha sido el único partido que hemos perdido esta temporada, pero hubo ratos en los que disfrutamos.

Luego llegó el debut en El Sadar contra el Eibar. ¿Fue también una sorpresa para usted?

-Menos, porque pensaba que el entrenador no haría muchos cambios después de ganar en Leganés. Tuve la suerte de jugar, pero estuve más nervioso que el primer día.

¿Cómo es jugar en El Sadar, donde Osasuna acumula 29 partidos de Liga consecutivos sin perder?

-Es una sensación bonita, pero que te hace estar alerta. El ambiente que se vive es espectacular. Aunque esta temporada sólo hemos ganado un partido de los tres que hemos jugado, seguimos con esa rachilla sin perder en casa.

¿Rachilla?

-(Risas) Más bien rachaza. En los momentos en los que estás más cansado, la gente hace que te esfuerces hasta el final y creo que El Sadar va a ser un fortín. De momento lo está siendo.

¿Cómo le ha acogido el vestuario?

-Desde la pretemporada ya me sentí muy cómodo. Además estábamos cuatro o cinco del Promesas y me juntaba mucho con ellos porque era con los que más me llevaba el año pasado. Pero ahora que estoy más con los del primer equipo me siento como una más. Suelo hablar mucho con Íñigo (Pérez) y con Fran (Mérida), que son los que juegan por mi zona, para que me den sus impresiones y estoy aprendiendo mucho de ellos y de esta nueva vida.

¿Se ha llevado alguna colleja?

-(Risas) Siempre te llevas alguna por ser el más joven. Por ejemplo, en los rondos siempre empiezo en el centro. Eso nunca va a cambiar y pasa en todos los equipos.

¿Tiene algún referente?

-Desde pequeño he sido siempre fan de Patxi Puñal y admiro a los que llevan muchos años trabajando como los que más, tipo Oier, Roberto (Torres)? Te puedes fijar en mucha gente, pero lo más real es fijarte en alguien que ha vivido ya lo que estás viviendo tú.

Habla de Puñal, que jugó 513 partidos con el primer equipo de Osasuna. Usted lleva 8, pero sólo tiene 21 años.

-Ufff, eso está muy lejos, pero procuraré hacerlo lo mejor posible para estar aquí todos los años que pueda y, si es en Primera, mejor para mí, para el club y para la gente de Navarra.

De momento tiene contrato hasta 2021. ¿Para cuándo una renovación?

-Estoy bien aquí y creo que irán llegando las noticias de renovar o lo que sea, pero no tengo prisa. Entre este año y el que viene se pueden hacer muchas cosas.

¿Y si le toca regresar al Promesas?

-Sin problema. No va a ser nada raro porque ahí están mis amigos. Si me necesitan para echarles un cable o si el entrenador no cuenta conmigo, me lo tomaré como un reto personal para seguir mejorando y regresar al primer equipo.

De momento sigue con los mayores y además cumpliendo el objetivo colectivo, ¿no?

-Hasta el momento las cosas están yendo bien, aunque en algún partido hemos merecido algo más de lo que hemos conseguido. La dinámica está siendo buena y, si seguimos así, el objetivo se debería conseguir con creces.

¿Cuál es el objetivo?

-La permanencia, sin duda. Pero, si tienes un objetivo y lo cumples antes de tiempo, luego puedes pensar más alto. Sin embargo, hasta que no consigamos los 42 o los 44 puntos, el único objetivo va a ser la permanencia, sí o sí.

¿Qué análisis hace de la plantilla?

-Los fichajes están aportando mucho. Por ejemplo, el otro día ganamos con dos goles argentinos -Roncaglia y Chimy Ávila firmaron los tantos de la remontada ante el Villarreal en El Sadar (2-1)-. Ha venido gente con experiencia en la categoría y veo más plantilla que el año pasado, en el sentido de número de jugadores. De hecho, en estas semanas con tres partidos se pueden hacer sin problemas dos equipos diferentes y competitivos. Veo un equipo muy completo.

Y la cantera también cuenta.

-Es un dato bonito, sobre todo para los chavales que están en Osasuna, que ven que de vez en cuando debuta un canterano, y eso motiva.