Pamplona - "Lo de esta afición es una locura", decía Jose Arnaiz al término del choque de ayer contra el Granada. Se refería el atacante rojillo, que se incorporó a Osasuna en el pasado mercado de fichajes de invierno, a lo que ocurrió en los últimos instantes del encuentro contra el Granada. Concretamente, al tramo que va del minuto 88 al 93, que fue cuando el árbitro decretó el final del duelo. Sucedió que, con 0-3 en el marcador y sin todavía haber disparado el conjunto local entre los tres palos -la primera y única vez que lo hizo fue con un remate de cabeza de Enric Gallego en el minuto 91 que el portero Rui Silva atajó sin dificultad-, la grada de El Sadar comenzó a corear al unísono y sin descanso el nombre de su equipo. El inicio de los cánticos hay que situarlo en el minuto 88 del partido y en la zona de Graderío Sur donde habitualmente se ubican los socios y simpatizantes de Indar Gorri. El final, cinco minutos después. "Incluso después de pitar el árbitro han seguido", añadía el propio Arnaiz en referencia a los ánimos que recibió el equipo desde la grada con el duelo ya concluido.

"La verdad es que a la afición no hay que reprocharle nada. Siempre está en las buenas y sobre todo en las malas", resumía Aridane, alucinado con la reacción de la hinchada rojilla después de un mal partido de Osasuna y de una derrota dolorosa ante el Granada de Diego Martínez, exentrenador del conjunto navarro. "Sabemos que es un jugador más y lo da todo por este equipo", recitaba el central canario, fastidiado por sus errores individuales, por los colectivos y por la abultada derrota que encajó su equipo, pero orgulloso del comportamiento de los seguidores del cuadro local.

Capítulo especial merecen los técnicos de ambos equipos. Mientras que Diego Martínez ganó con holgura el duelo táctico, Jagoba Arrasate se llevó el triunfo en los corazones de la hinchada rojilla. Resulta conveniente recordar que fue el preparador vizcaíno el relevo del ahora entrenador del Granada en el banquillo de Osasuna y, pese que ya antes del descanso ganaban los visitantes con claridad (0-3 en el minuto 41), fue el momento que escogió El Sadar para corear a pleno pulmón el nombre de un Arrasate al que todavía le dura el crédito por la excepcional temporada pasada, por el ascenso y por el buen retorno rojillo a la máxima categoría.

"A nuestros aficionados les hemos dado motivos para que crean y sigan creyendo en nosotros", analizaba Oier Sanjurjo, consciente también de que "ha sido una mañana amarga para ellos porque no les tenemos acostumbrados a esto". En cualquier caso, el capitán quiso valorar la reacción de la hinchada: "Es una muestra de reconocimiento de que les gusta lo que estamos proponiendo y por eso da pena y escuece la derrota, principalmente porque queremos dar alegrías, pero ese respaldo es de agradecer". Y un poco más allá iba otro canterano, David García, que se atrevía a asegurar que "la afición es lo mejor que tenemos". "Lo llevan demostrando durante toda la vida y tenemos mucho que agradecerles, pero a ser posible con puntos", añadía. Ayer no pudo ser, pero todavía quedan oportunidades.