- Los jugadores de la primera plantilla que terminan contrato el 30 de junio -en este grupo también están los cedidos por otros equipos- están a la espera de firmar la ampliación de sus contratos más allá del 30 de junio para poder competir en las nuevas fechas del calendario de Liga, que va a llevar la competición fuera de los márgenes habituales.

Todos los futbolistas de la plantilla se mantienen dentro del proyecto hasta la finalización del actual campeonato -no va a haber nadie que decida acogerse a la literalidad de su contrato, pensando en su futuro en otro sitio- y precisamente en qué términos se expresa la ampliación del contrato sobre el papel es lo que está definiendo la Liga para que no haya posibles malas interpretaciones. Aún no se ha decidido cuándo empieza lo que queda de torneo, ni se sabe por cuánto tiempo se extenderá, aspecto este último esencial para definir los nuevos contratos. En Osasuna, los futbolistas en esta situación cobran lo estipulado -ahora ha habido una reducción de las fichas-, es decir, no se contempla una ampliación de sus emolumentos por esta ampliación del periodo. Cuando la pandemia comenzó a erigirse también en el gran problema para el fútbol, la ampliación de los contratos más allá de junio de planteó como un problema en el que, incluso, adoptó recomendaciones la FIFA. Ahora, la magnitud del problema sanitario ha conferido normalidad y lógica a las obligadas ampliaciones de los contratos.

En el caso de Osasuna, la ampliación de los contratos afecta tanto a los futbolistas que terminaban su vinculación con el club en el último día del mes de junio -caso por ejemplo de Fran Mérida o Facundo Roncaglia- como con los cedidos en la plantilla y que, en principio, regresan a sus clubes -este es el caso de Toni Lato (Valencia) y Jose Arnaiz (Leganés) -. La revisión de los contratos es una casuística que afecta a todo el mundo del fútbol profesional.