Osasuna puso al borde del infarto al Atlético de Madrid, lívido ante el desarrollo horrendo de los acontecimientos de un partido en el que había tenido infinidad de ocasiones pero que se había torcido por la magia que acompaña a Budimir. El delantero croata volvió a enseñar sus credenciales esta vez en un gran partido, por la altura del rival y lo que había en juego, y solo necesitó que le ofrecieran un balón en condiciones para soltar un cabezazo marca de la casa, es decir, letal.

Fue un gol impensable en un encuentro en el que Osasuna había aceptado desde el primer minuto el papel de actor secundario que le habían asignado. Con una bien poblada defensa, con tres centrales, el equipo de Arrasate se mantuvo en el partido porque Sergio Herrera fue un guardián fiero de su portería. El gol de Budimir desató la furia final del Atlético, que se volcó todavía más sobre el área de Osasuna en una ofensiva de auténtico campeón. Si hay un conjunto que sirve de ejemplo de coraje y de espíritu indomable ese es el equipo de Simeone y, cuando quizás parecía que le tocaba languidecer y flaquear tras muchos minutos a toda pastilla, aún le dio una vuelta la tuerca a su esfuerzo y protagonizó una remontada de un valor incalculable para lograr el título de Liga.

Osasuna hizo temblar al Atlético hasta los minutos finales, cuando por fin plasmó la remontada en el marcador, e hizo un partido con las dosis de fortuna y rigor adecuadas como para ponerle en un brete al líder del campeonato. Incluso en el último minuto del descuento se temió por el drama en un disparo de Chimy Ávila que detuvo Oblak.

No era un encuentro sencillo de gestionar por el Atlético y tampoco de tolerar para Osasuna, pero fue tan apabullante la entrada en el choque de los locales que pudieron resolver el partido, pero no lo hicieron y por ahí empezaron sus problemas.

No hubo noticias de Osasuna en la primera parte, absolutamente dominado y arrinconado en su campo. El Atlético salió a jugar a otra velocidad, a la velocidad del equipo que quiere ser campeón, y los rojillos sufrieron una presión exagerada, solo aliviada por la gran actuación de Sergio Herrera, autor de varias paradas decisivas, y por la falta de puntería de los colchoneros, que mandaron sendos disparos al poste. El carácter del líder, el espíritu de quien se quiere coronar campeón, lo llenó todo y barrió a Osasuna, incapaz de dar dos pases seguidos o de trenzar alguna jugada de ataque más o menos cabal. Un disparo de Darko, que dio a un defensa, a los cinco minutos del descanso, fue la única acción de ataque. El resto fue un achique permanente para no naufragar. Con el marcador sin moverse, el planteamiento le estaba dando la razón Arrasate, que había apostado por una numerosa presencia de jugadores alrededor del área, con Budimir en soledad en la delantera, persiguiendo balones y buscando, si salía, alguna asociación con Jony y Barja, sus ayudantes más próximos.

Aunque con menos virulencia, el Atlético no dejó de ser un torbellino en el seguindo tiempo, con más o menos las mismas pautas en cuanto a protagonismo, con Sergio Herrera actor principal para contener a los de Simeone.

Savic y Budimir se enredaron a los seis minutos de la reanudación en una jugada en la que parecía que había algún pique mantenido de otros tiempos. El central serbio dio un cabezazo al delantero croata y entre ellos hubo palabras y gestos desafiantes. Fue a Savic precisamente a quien se le anuló un gol en fuera de juego, y Correa armó un remate muy estético que se topó de nuevo con Herrera.

El Atlético le llevó de nuevo al atasco absoluto a Osasuna, a pesar de que los colchoneros andaban más imprecisos, quizás con la vista nublada por el esfuerzo al que se estaban entregando. En esas estaba el partido cuando encontró una vía de escape Moncayola, con luz propia dentro de un partido gris y de esfuerzo del grupo. El centrocampista cambió al otro lado del campo y Rubén García soltó un latigazo en forma de centro al meollo del área. Un regalo para un rematador como Budimir, que liquidó con un cabezazo inapelable el centro. Oblak sacó el balón de dentro de la portería y el VAR tuvo que sacarle al árbitro del apuro, porque el juez de línea no fue capaz de dictaminar tampoco la validez del gol.

Osasuna estaba sacando petróleo en un encuentro en el que se había salvado milagrosamente de no haber encajado algún gol -la fortuna necesaria para puntuar en el estadio de un grande-. Pero el que quiere ser campeón, o tiene una motivación extra, siempre encuentra gasolina en el depósito. A Osasuna le sentó muy mal el gol del empate, obra de Lodi tras pase excelente de Joao Félix, porque lanzó al Atlético por la pendiente de un ataque desbocado. El equipo de Simeone atacó con todo el mundo y propició situaciones de desequilibrio, como la del tanto de la remontada, en la que había un montón de gente en el área en la acción que nació en las botas de Carrasco y remató Luis Suárez. En el descuento aún rozó otro gol el Atlético, pero Sergio Herrera volvió a interponerse en el remate de Joao Félix. Aún tuvo que parar una Oblak en el minuto 50. El Atlético tembló. Osasuna le asustó.

Ficha técnica:

2 - Atlético de Madrid: Oblak; Trippier, Savic, Felipe, Hermoso (Lodi, m. 65); Llorente, Koke, Saúl (Joao Féliz, m. 65), Carrasco; Correa (Dembélé, m. 81), Luis Suárez (Kondogbia, m. 90).

1 - Osasuna: Sergio Herrera; Ramalho, Unai García, David García, Juan Cruz, Rubén García; Kike Barja (Torró, m. 77), Darko, Moncayola, Jony (Roberto Torres, m. 65); Budimir (Enric Gallego,m. 77).

Goles: 0-1, m. 76: Budimir. 1-1, m. 81: Lodi. 2-1, m. 87. Luis Suárez.

Árbitro: Martínez Munuera (C. Valenciano). Amonestó al local Luis Suárez (m. 89) y a los visitantes Budimir (m. 76) y Darko (m. 84)

Incidencias: partido correspondiente a la trigésima séptima y penúltima jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Wanda Metropolitano sin público.