ay una piedra en el camino en la que todo deporte emergente tropieza tarde o temprano: ese momento en el que puede elegir entre tele en cerrado (por cierto dinero, tampoco una millonada) o en abierto (que paga mucho menos, pero da visibilidad a los patrocinios y al propio deporte, necesitado de promoción). Y, no sabemos por qué, casi siempre se elige la cerrada. Un error que en su día cometieron baloncesto, balonmano y hasta rugby: sin un seguimiento masivo, no hay masa crítica para el pay per view. La última en tropezar en esa piedra ha sido la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino, que se ha negado (con aires de grandeza y mohínes de reina ofendida) a la propuesta de la RFEF de televisar partidos de Primera en Teledeporte. Mejor negocio que visibilidad, que en una competición aún tan débil es pan para hoy y hambre para mañana. Brillante idea la de mandar a la clandestinidad a una liga en crecimiento.