En verano me asomé un día a mi ventana y contemplé como unos niños (y otros no tanto) sentados en unas mesas esperaban ansiosos para jugar unas partidas de ajedrez con una persona que llegó tapada de arriba abajo. Era el Rey Enigma, un ajedrecista que disputa sus envites tapado y cuya identidad se desconoce.

Pues yo estoy empezando a pensar que es Jagoba Arrasate el que se esconde detrás de él. El de Berriatua lleva un inicio de temporada en el que plantea cada partido según mueve las piezas el rival y lo acaba anulando por completo.

En el Bernabéu volvió a plantear la defensa de tres centrales pero esta vez la variante vino en el ataque, donde colocó a dos delanteros: Kike y Chimy. Aguantalos tú. Los dos máximos peleones rojillos hicieron sufrir a los dos centrales blancos como si no hubiera un mañana. Y sí, ambos crearon la mejor ocasión del partido que Moncayola acabó estrellando en el palo.

Pero esperemos que los rojillos saliesen de Madrid con paragüas ya que parece que llueve un poco por la Castellana a la vista de las reacciones de los palmeros 'mataperiodismo' que pululan alrededor de ese club. Que si el descuento, el pisotón de Torró a Vinicius (que no lo protestaron ni los aficionados de la primera fila), que si Osasuna se encerró. ¡Qué la ocasión más clara fue rojilla! Psss, que se les cae el chiringuito, y nunca mejor dicho.

Madre mía, toda una retahíla de no argumentos para evitar decir que 'su' Madrid multimillonario fue incapaz de generar en 94 minutos de partido media ocasión a una defensa que costó 2,75 millones en total. Y no vaya a ser que alaben el brutal partido de los García, Juan Cruz (vaya pieza se ha sacado el míster de la chistera), Nacho y Manu Sánchez, no. La culpa, de la conspiración judeomasónica, ya saben. Qué pereza.

Pero bueno, Osasuna a lo suyo, invicto fuera de casa y ahora con la mente puesta en recuperarse para afrontar otro toro como el que viene el sábado. Ya moverá Arrasate sus piezas según le convenga.