En un párrafo

osé Bordalás parece haber puesto la directa hacia su gran triplete: entrenar en tres años consecutivos al equipo de Primera que más tarjetas amarillas cosecha. Lo logró con el Getafe en las dos pasadas campañas y ahora, con el Valencia, quiere rubricar su hazaña, para lo que ayer añadió cinco nuevas tarjetitas y ya son 52 en 15 jornadas, que equivalen a una cada 26 minutos. Si hubiera un trofeo anual para ese éxito, nos queda la duda de si Bordalás lo exhibiría con orgullo. Obviamente, no es casual que dos equipos tan distintos coincidan en ser los más tarjeteros, y tampoco es casual que cada técnico rival, cuando le toca jugar contra Bordalás, diga de sus equipos que compiten "con mucha intensidad" o eufemismos similares que apenas disimulan a qué se refieren. El único sincero fue aquel jugador del Anaitasuna de Azkoitia al que antes de su duelo de Copa preguntaron: "¿Cómo recibirán al Getafe?". Y contestó: "Con espinilleras...".