De las fotografías conservadas de los inicios de Osasuna esta, si no es la primera, sí que es la más difundida. Atendiendo a los jugadores que aparecen retratados, todo apunta a que correspondería a la alineación presentada el 24 de abril de 1921 en el partido celebrado en Pamplona con el Fortuna de San Sebastián como rival. Ganaron los rojos por 3-2 y las crónicas destacaron la gran cantidad de público que asistió al partido de un equipo que ese día cumplía seis meses de vida. Hoy ya son 102 años.

Víctor Idoate Sarría

Una joya de extremo

Respondiendo a su condición de extremo derecho, a Idoate le gustaba jugar y juguetear con el balón. En su memoria de los albores de Osasuna, Jokintxo Ilundáin destacaba “los regates inacabables de Idoate”. El futbolista también lleva en sus piernas el ADN del balompié pamplonés ya que pasó por varios de los equipos de corta vida hasta formar parte de la Sportiva FC. Allí coincidió con la mayoría de quienes serían también sus compañeros en Osasuna. Entre 1920 y 1923 Idoate tuvo la propiedad de la banda derecha. Su principal hito fue la disputa de la final del Campeonato de Segunda categoría de la Federación Guipuzcoana. Se le cita como autor de uno de los goles en el partido al que corresponde la fotografía. Su actividad profesional la desarrolló en el negocio familiar, Joyería Idoate, de la calle Chapitela.

Félix Azagra Noáin 

El primer oriundo

Los hermanos Azagra procedían de la ciudad argentina de Rosario (la misma que años después vería nacer a Messi), a donde emigró la familia. De vuelta a Navarra, los hijos se involucran en la implantación del fútbol. En la terminología que se utilizó años después, podían ser considerados oriundos. De ellos, Luciano jugaría en el Iruña FC y Félix, el menor de la saga, alcanzaría a hacerlo en el incipiente Osasuna, donde ocupaba un puesto en la delantera. Antes había intervenido en la constitución de la Sportiva FC, no solo calzándose los borceguíes, también en funciones de vocal en la junta directiva presidida por José María Navaz. Azagra, jugador “fino y habilidoso”, fue un habitual en las alineaciones de Osasuna, en cuya plantilla figura por última vez en la temporada 1925-26. Desempeñó tareas de directivo.

Néstor Aldave Aldave

Futbolista, delegado y árbitro

“El fútbol de Pamplona eran los punterazos de Néstor Aldave...”, dejó escrito Jokintxo Ilundáin. Como la mayoría de los integrantes de aquel primer Osasuna, había jugado previamente en la Sportiva FC, en la línea de defensa y de centro del campo. Figura por última vez como integrante de la plantilla en la temporada 1925-26. Amante del deporte, fue vocal de pedestrismo en la junta directiva cuando la entidad rojilla justificaba el sobrenombre de Club Atlético. Compaginó estas funciones con las de delegado del equipo en algunos partidos. Ejerció más tarde como árbitro, desempeñando el cargo de presidente del Colegio Navarro en 1929. En la actividad civil, fue militante de ELA antes de la guerra y perteneció a la Agrupación Navarra de Banca, Seguros y Oficinas.

Joaquín Rasero Arrivillaga

Fundador de Racing y Osasuna

De niño quería ser pelotari pero acabó atrapado por el fútbol. Y su afición resultó muy fructífera para dos ciudades: participó en primera línea en la fundación del Racing de Santander y de Osasuna (en los primeros estatutos se incorporó un capítulo del club cántabro). Ganó merecida fama como portero pero también era un buen medio centro. Fue el segundo presidente de la entidad rojilla y más tarde vocal de la junta directiva (y responsable de la sección de pelota); capitán del equipo, ejerció como periodista deportivo en la prensa de Pamplona (firmaba con el pseudónimo de Amaya) y era corresponsal de periódicos de tirada nacional. Como árbitro también alcanzó un notable prestigio y condujo la final de la Copa del Rey de 1923. Dejó Pamplona para instalarse en Catalunya, donde ejerció hasta su jubilación como funcionario de Telefónica.

Txomin Meaurio Rementeria

Empeine mejor que puntera

De origen vizcaíno, estudió en la Escuela de Peritos de Villava y posteriormente completó estudios de Derecho. Su vinculación con el fútbol pamplonés comienza en la Sportiva FC y continúa en Osasuna. Con los rojos apenas jugó un año pero dejó huella. Es uno de los que intervino en  la elección del nombre. De él escribieron: “El primero que sorprendió a la incipiente afición pamplonesa empeinando el balón para darle temple y precisión. (…) Yo creo que hasta que no vino a Pamplona Meaurio, en nuestro fútbol imperaba el punterazo sin control, feo e ineficaz como sistema”. Militante del PNV, es detenido en 1937, juzgado en Consejo de guerra y condenado a muerte, pena conmutada por 30 años de reclusión mayor. Fue trasladado a la prisión del Fuerte de San Cristóbal, donde pasó cinco años. A finales de los cincuenta residía en Gran Canaria.

Eduardo Aizpún Andueza

De los campos de juego a los juzgados

Aizpún es una referencia en la historia de Osasuna y en los inicios del fútbol en Pamplona. Dividía su tiempo entre los estudios de Derecho y la práctica del balompié. Es el primer presidente del club (cargo que repitió en otras dos etapas), y además de trabajar para administrar el club formaba en la alineación titular como defensa. Activo divulgador de este deporte intervino también en la formación del primer equipo en Ribaforada. Combatió en la guerra de África y cambió el campo por los juzgados, donde desarrolló una larga carrera hasta su jubilación. Destaca en este sentido su participación en 1933 en un tribunal que juzgaba actividades violentas de grupos fascistas. Durante la guerra y posteriormente fue juez de incautaciones. Años más tarde fijó su residencia en Barcelona, donde ejerció como fiscal de tasas, cargo que había desempeñado anteriormente en Guipúzcoa.

Gaspar Moreno Martínez

El ídolo de la chavalería

Nacido en Chiva (Valencia), el delantero Moreno también hace el tránsito de la Sportiva FC a Osasuna. Afincado en Pamplona, era Procurador de los Tribunales y, al margen de lo profesional, Hermano de la Pasión. Quizá fuera su demostrada capacidad como goleador lo que le elevó a la categoría de “ídolo de la chavalería”, según escribió el periodista Félix Ilundáin en 1946. Decisiva fue su actuación, según la prensa de la época, ante el Recreation de Logroño, en abril de 1921, encuentro en el que los rojillos se proclamaron campeones de Navarra y Logroño. Sin embargo, la muerte de un hermano le impidió alinearse en la final ante el Luchana por el título de la Segunda categoría de la Federación Guipuzcoana. Los rojos perdieron 1-2. Estuvo en la plantilla hasta 1923. Falleció en la víspera de San Fermín de 1942. Tenía solo 43 años. 

Carmelo Gortari Pastor

Con galones de capitán

Como otros compañeros y futbolistas de la época (Mendaza, Guelbenzu, Rasero, Lusarreta...), Gortari también practicó la pelota en la modalidad de remonte. Activo en el fútbol desde 1912, es de los pocos que interviniendo en la génesis de Osasuna no aparece en la creación y desarrollo de la Sportiva FC. Sin embargo, su peso en el club rojo es importante como da idea el que en la junta de jugadores celebrada el 17 de junio de 1921 eligen capitán a Gortari en sustitución de Joaquín Rasero -”que lo desempeñaba desde la constitución del club”, según subraya una nota de prensa-, que había presentado la baja voluntaria para realizar otras actividades. El extremo izquierdo aparece por última vez vinculado a Osasuna en la lista de jugadores presentada a la Federación Guipuzcoana en julio de 1925.

Ramón Echarren Laurnagaray

Un árbitro con prestigio

Delantero que se inició en el Racing y jugó luego en el Amaya. Participó en la fundación de la Sportiva y fue titular en las alineaciones de Osasuna desde abril de 1921 hasta 1925. Como Lusarreta, debutó en el partido en el que fue tomada la fotografía. Se le atribuye un hat-trick a la Deportiva en febrero de 1922 que sería el primero de la historia de Osasuna, aunque los datos de la época son distintos a veces en unos periódicos y en otros, También llegó a jugar como portero en un partido oficial. Compatibilizó durante un corto periodo de tiempo su faceta de jugador con la de árbitro. En esta tarea alcanzó prestigio ya que fue presidente del Colegio Navarro y del Comité Nacional entre 1947 y 1948. Tuvo que lidiar en el cargo con quienes le acusaban de ser simpatizante del Real Madrid.

Gorráiz

Un clásico del fútbol pamplonés

Elemento inconfundible en la foto si nos atenemos a la literalidad de la descripción que dejó escrita alguien que vivió tan de cerca los inicios de Osasuna como fue Jokintxo Ilundáin: “Gorráiz salía con unos calzones que le llegaban hasta la rodilla”. Y ahí lo tenemos, entre Lusarreta y Echarren, con una indumentaria que en los tiempos modernos recuerda a cómo viste Álex Berenguer. De Gorráiz (de quien todavía no he llegado a conocer el nombre y el segundo apellido) queda un largo rastro que le sitúa en el epicentro del fútbol pamplonés de principios del siglo XX. Gorráiz ya aparece en 1913 en las alineaciones del Racing y posteriormente en las filas del Amaya, donde jugó en la delantera con quienes serían también sus compañeros en Osasuna: Gortari, Echarren e Idoate.

Pacho Lusarreta

La voluntad sin límites

La foto que ilustra esta página es también la del debut de Lusarreta con Osasuna, que permanecería en el equipo durante ocho años (1929) y desempeñó el papel de capitán. Deportista hiperactivo, se hizo cargo de la preparación de la plantilla en calidad de interino entre septiembre y octubre de 1940. Como futbolista se desenvolvía en la posición de interior izquierda. “Jugador de voluntad sin límite, el más calladito, el que más labora”, según plasmaba una crónica de diciembre de 1923. Por diferencias con la directiva llegó a abandonar el club en octubre de 1926, pero los dirigentes se pusieron en contacto con él y le convencieron para que regresara. Una anécdota describe su condición de atleta polifacético: un domingo por la mañana jugó a remonte en el Euskal Jai, por la tarde disputó un partido contra la Real y luego ganaba una apuesta corriendo entre Pamplona e Irurtzun.