Osasuna enseñó dos caras en Valladolid, la de un equipo agobiado en el primer tiempo y combativo en el segundo, que terminó por lograr un empate y llevarse un premio con cierto sabor amargo. Los rojillos siguen sumando como visitantes, pero se les viene atragantando las victorias, que no llegan desde el año pasado. En el estadio pucelano, el equipo de Arrasate estuvo cerca de perder, también próximo a ganar -ahí faltó la chispa del acierto o la determinación en los últimos metros- y de esa contraposición de situaciones no se sintió incómodo con el punto final.

Osasuna suma treinta puntos y sigue cerca de la zona alta de la clasificación tras un encuentro en el que se deben valorar las circunstancias. Las bajas de varios jugadores importantes -la de última hora de David García por problemas estomacales- empujaron a Arrasate a confeccionar un equipo muy extraño, peculiar. Con el centrocampista comodín de nuevo en el lateral derecho -el nunca bien valorado Jon Moncayola-, un lateral izquierdo reconvertido de nuevo para el eje de la zaga -el solvente Juan Cruz- y sin el central estelar -David García-, Osasuna presentó una formación defensiva inédita, una zaga imposible en una situación de normalidad. Las circunstancias del partido, además, fueron retorciendo la baraja de posibilidades que llevaron incluso al debut de Iker Muñoz, el último chaval de la cantera en llegar. Dar la cara con lo que se tiene debe ser motivo de consideración, de indudable mérito. 

A Osasuna casi se le lleva por delante el Valladolid en el primer tiempo. No es que el conjunto local fuera un torbellino, pero apretó al equipo de Arrasate dentro de su campo, más bien en su área, durante una veintena de minutos en los que no lograron el premio de gol gracias a las apariciones de Aitor Fernández y la de un sensacional Aridane, que salvó con la cabeza un balón que se iba al fondo de la portería tras la sutileza Darwin Machís, un dolor para la zaga. A Osasuna lo achicharraron a base de centros desde las dos bandas y ahí emergió la figura del central canario, que fue el mejor de su equipo. 

Como suele ser lo común en este equipo, sin noticias de Moi Gómez, Osasuna no dispuso del balón -cuando lo tuvo casi siempre fue en el medio campo propio, fuera de cualquier situación de peligro- y, sin él, se vio condenado a correr detrás de la pelota. Es decir, mucho esfuerzo pero sin ningún premio. El Valladolid se estaba mostrando profundo por los carriles, pero también con más chispa en los rechaces y segundas jugadas, lo que le dio una presencia mucho mayor en el juego. Un sufrimiento el balance de la primera mitad.

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La cara de Osasuna no fue la del agobio, la de la falta del resuello. El equipo de Arrasate fue mejor, apretó más en las bandas y el Valladolid no cogió aire para atacar con saña. Los rojillos disfrutaron de una gran oportunidad en un lanzamiento al poste del Chimy en una jugada completa de ataque, con llegada por un costado y remate en la otra.

Después de que Moncayola rozara casi el palo con un lanzamiento raso, el técnico rojillo dio oxígeno a sus equipo con tres cambios. Larin, el canadiense que contaba los partidos con goles, saltó al campo para rebajar las expectativas locales porque fue bien controlado por un colosal Aridane, a quien le sobraron las fuerzas para cruzarse en un lanzamiento peligroso de Plata.

A Osasuna se le acumularon los problemas con la marcha Lucas Torró, con nuevos problemas físicos tras unos minutos renqueante. Iker Muñoz debutó entonces en Primera para hacerlo con desparpajo y sentido común.

Con el partido tirando por el camino de en medio, muy abierto, sin nadie con la vara de mando, Osasuna dispuso de las dos ocasiones más claras. Primero con un disparo desde 25 metros de Kike García, que casi sorprende al meta Masip, y después con una oportunidad clarísima de Darko que, a un par de metros de la portería, acabó por rematar sobre el portero. Ahí se le coló el regusto amargo a Osasuna. Quien dijo que no se puede ganar incluso en una tarde con dos caras y gris.

Real Valladolid 0: Masip; Luis Pérez, Hongla, Javi Sánchez, Olaza; Monchu (Roque Mesa, m.59), Kike Pérez (Iván Sánchez, m.74); Plata, Óscar Plano (Amallah, m.74), Machís (Aguado, m.88); Sergio León (Larin, m.59).

C.A Osasuna 0: Aitor Fernández; Moncayola, Aridane, Juan Cruz, Manu Sánchez; Ibáñez (Darko, m.62), Torró (Iker Muñoz, m.70), Moi Gómez; Chimy Ávila, Budimir (Kike García, m.62), Kike Barja (Rubén García, m.62).

Árbitro: Guillermo Cuadra Fernández (Comité balear). Mostró cartulina amarilla a Machís (m.35), del Real Valladolid, y a Juan Cruz (m.34), Manu Sánchez (m.81), Chimy Ávila (m.89), de Osasuna.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima primera jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio José Zorrilla ante 21.044 espectadores. Antes de comenzar el partido, se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del terremoto de Siria y Turquía.