Iker Muñoz y Ante Budimir escogieron un mal día para empezar a marcar. A sus 21 años recién cumplidos, el canterano volvió a jugar de inicio por segunda jornada consecutiva y anotó su primer tanto como profesional apenas unos días depués de ampliar su contrato con Osasuna hasta 2027, mientras que el delantero serbio, que ya había marcado en Brujas en la Liga Conferencia, estrenó, de penalti, su cuenta goleadora en la Liga en el presente ejercicio. Sin embargo, sus dianas resultaron estériles al final del encuentro, pues sirvieron para nivelar momentáneamente la contienda (el centrocampista de Villafranca hizo el 1-1 y el atacante de Zenica el 2-2), pero no para evitar la derrota de los rojillos en Getafe (3-2).
Pocos peros se pueden poner a la actuación de Iker Muñoz, elegido mejor jugador del partido y que tuvo protagonismo en todas las facetas del juego: en la destrucción, en la creación (con algunos cambios de juego espectaculares) y en el remate (marcó en un córner). Por todo ello, pero sobre todo por su gol, el centrocampista de Villafranca se mostró feliz al término del duelo. “Meter un gol con Osasuna es lo que siempre había soñado”, dijo en declaraciones al departamento de comunicación del club, aunque añadiendo que “la derrota me deja un sabor agridulce porque quería ayudar al equipo para conseguir un punto o los tres”.
“Lo hemos intentado hasta el final, pero nos han condenado las acciones a balón parado”, analizó, aunque ya poniendo el foco en el siguiente reto: “Ahora a por el Sevilla y ya está”.