Osasuna, como todos los equipos, se agarra al tópico, cubierto también de su parte de necesidad, y quiere despedir bien el año con una victoria en casa del Mallorca. El triunfo frente al Rayo Vallecano ha consolidado al equipo en una tibia zona de la clasificación en la que solo falta un empujón para comenzar a mirar hacia arriba, un peldaño más alto. Por esto, porque se busca dar un paso más en la consolidación de un proyecto que concluya con otro año en Primera División, a Osasuna le hace falta un buen resultado en Palma cuando quedaría todavía otro encuentro, el primero del año en El Sadar ante el Almería, para terminar la primera vuelta y entonces hacer números, una buena suma.

La moral del equipo está por las nubes tras lograr la segunda victoria de la temporada en casa –se vive también la mejor racha– y el subidón de la autoestima es vital para afrontar con confianza el calendario que viene, empezando por la cita de esta noche. Con tres puntos más se ve la clasificación de otro modo, aunque el triunfo no debe apagar algunas señales, como la del pésimo juego desarrollado durante muchos minutos. La excelente reacción de Osasuna cuando fue Osasuna también se debe colocar en la balanza del análisis del partido.

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El pasado rojillo de Javier Aguirre Javi Gómez

El equipo rojillo realizó un encuentro de dos caras –y no simétricas– ante el Rayo y habrá que ver hasta dónde este cambio tan acusado y providencial en los últimos quince minutos influye en la toma de decisiones del entrenador, que ayer confirmó que habrá cambios y multiplicó las posibilidades que le oferta la combinación de algunos. Por el momento, se le abre un hueco respecto a la última alineación titular en el lado izquierdo ya que Rubén García está lesionado. Por esa zona profundizó con éxito Jose Arnaiz, autor de servicios comprometidos en el rato que jugó ante el Rayo. Kike Barja y Rubén Peña también son hombres de perfil para ese flanco, aunque el primero regresa tras un largo periodo de baja tras una lesión y el segundo fue el lateral izquierdo en el último partido en casa. El sitio de Juan Cruz, excelente en el papel de central izquierdo el viernes, puede generar un desplazamiento de posiciones en función de la ubicación por la que opte Arrasate para él.

El técnico, que alabó la agitación que le ofrecieron los hombres que jugaron la segunda parte frente al Rayo, añadió más dudas alrededor de la alineación al decir que Raúl García –el goleador salvador– y Budimir –el goleador más constante– no son incompatibles. Todo apunta a una alineación con sorpresas.

El Mallorca también busca en casa una victoria que dé valor al punto conseguido en su última aparición, fuera de casa, en el campo del Almería. Javier Aguirre cuenta con bajas importantes, como las del goleador Muriqi y la del central Valjent, especialmente sensible la del ariete kosovar, un tipo difícil de controlar por físico –supera el 1,90–, agilidad y entrega, además de facilidad para el gol. El club balear se ha gastado mucho dinero esta temporada y los resultados no están a la altura de la inversión. Tienen sus urgencias, como Osasuna.