A Osasuna le despertó del sueño de la Copa del Rey, de la que sigue siendo vigente subcampeón, una Real Sociedad que ganó en Pamplona con dos goles de penalti –aunque técnicamente el segundo fuera obra de Mikel Merino al aprovechar el despeje de Aitor Fernández a lanzamiento de Brais–. Ocurre que el primero de ellos fue por lo menos dudoso y además supuso la expulsión de Alejandro Catena por roja directa a poco más de media hora para la conclusión del choque, aunque la polémica no acaba aquí. O tal vez sí, porque lo correcto sería decir que comenzó antes, en el segundo minuto del partido, cuando los árbitros canarios Alejandro José Hernández Hernández, colegiado principal del encuentro, y Juan Luis Pulido Santana, responsable del VAR, no entendieron como penalti un derribo de Zubeldia a Budimir dentro del área.

Salió al ataque Osasuna en un Sadar que apretó de lo lindo desde antes incluso de que comenzara la eliminatoria copera de octavos de final contra la Real Sociedad y en el minuto 2 se produjo una acción que pudo cambiar el devenir del encuentro. Budimir se escapó de Zubeldia en el interior del área defendida por el cuadro donostiarra y el defensor del conjunto guipuzcoano se lanzó al suelo para frenar el avance del croata. Al llegar tarde, el central de la Real enganchó la pierna derecha del atacante de Osasuna, pero Hernández Hernández señaló córner pese a las protestas de los rojillos, que pidieron una revisión que, o no se produjo o se realizó en muy breve espacio de tiempo (tal vez segundos). La cuestión es que pareció penalti en directo y la repetición televisiva demostró que lo era, pero ni trencilla ni videoarbitraje lo consideraron como tal.

Perdió así Osasuna la posibilidad de disponer de un lanzamiento de penalti para ponerse por delante en el marcador nada más comenzar el encuentro, opción de la que sí disfrutó la Real Sociedad en el minuto 57 de partido y que aprovechó para adelantarse gracias al certero disparo de Mikel Oyarzabal desde los once metros –pese a que Aitor Fernández adivinó sus intenciones y fue superado únicamente por la potencia y precisión del futbolista de Eibar–. A Osasuna le castigaron con un penalti por un leve agarrón –por definir la acción de alguna manera– de Catena a Le Normand. El VAR llamó al árbitro a capítulo y Hernández Hernández, tras revisar una jugada más que dudosa, confirmó el penalti y cambia el color de la tarjeta para el central rojillo, pasando de amarilla a roja directa. Dos decisiones desquiciantes para Osasuna.