En el primer partido de Osasuna en El Sadar tras el anuncio de Jagoba Arrasate de que al término del presente ejercicio pondrá fin a una exitosa etapa de seis temporadas en el banquillo del conjunto navarro y tras la dimisión del directivo Juanma Garro, la hinchada tenía la palabra. Y opinó. No mucho, pero lo hizo. En resumen, hubo cánticos contra la directiva, pidiendo su dimisión, desde un sector de Graderío Sur, concretamente donde se ubican los miembros de Indar Gorri, al principio del partido y a la conclusión del mismo, y alguno de apoyo a Jagoba Arrasate secundado por el resto de una grada más gélida que de costumbre, pero que entró en ebullición en un emocionante final con cruel desenlace para Osasuna.

El Sadar estuvo más frío que de costumbre: de temperatura y ánimo.

Fue el de ayer un día tan raro en Pamplona que se registraron casi una decena de grados menos en la capital navarra que el día anterior y la primera canción que se entonó en El Sadar no fue el tradicional Riau riau, sustituida por Pasan los años, pasan los jugadores. El cambio pareció responder a algo premeditado por los integrantes de Indar Gorri, dinamizadores de la animación en el estadio, que sin solución de continuidad cantaron el ya clásico Jagoba Arrasate, lo, lo, lo, lo, lo, tras el que pidieron la dimisión de la directiva, se atrevieron con la canción Cuidado de Eskorbuto y acabaron conminando a Luis Sabalza, presidente de Osasuna, a irse con Javier Tebas, presidente de LaLiga.

Un aficionado, con una bufanda de homenaje a Arrasate.

Todo lo anterior ocurrió en los tres primeros minutos de partido, porque después sólo hubo cánticos de ánimo al equipo, que se jugaba subirse al último tren con destino a Europa. Pero no se pudo subir un Osasuna que tuvo oportunidades para ganar, pero que terminó perdiendo contra un rival que encendió los ánimos del personal con sus continuas pérdidas de tiempo tras marcar el 0-1 en el minuto 18. Tal vez demasiado pronto.

Pese a que el duelo era casi como una final para los rojillos y habían pasado muchas cosas desde la última vez que jugaron en El Sadar (hace casi un mes), el ambiente del estadio resultó más frío que de costumbre. Hasta que en el minuto 93 cayó dentro del área Ante Budimir tras recibir una patada por detrás de Hugo Guillamón. La eterna revisión de la acción, que duró más de tres minutos entre lo que tardaron desde el VAR en instar al árbitro a ver la jugada en el monitor y lo que el trencilla necesitó para ofrecer su veredicto, contó con la presión de la grada, que entró en ebullición soñando con un penalti y con el empate. Se cumplió lo primero, pero no lo segundo. Budimir falló. Fue un error incomprensible. Carne de meme. Pero la afición se lo perdonó de inmediato a su pichichi. Budi, Budi, le cantó.

Cuando acabó el partido –aún quedan otros tres de Liga en El Sadar–, desde Indar Gorri se volvió a pedir la dimisión de la directiva.