Osasuna juega su primer partido fuera de casa de la temporada después de haber demostrado en parte de los dos primeros en El Sadar que sabe lo que quiere, que tiene argumentos para ganar y, sobre todo, capacidad para resolver los errores. El equipo de Vicente Moreno pasa su test inaugural como visitante, y ello le va a plantear nuevos retos, la misma obligación de hacer las cosas bien, que es el camino todavía mas reclamado para conseguir un objetivo yendo de invitado.
El encuentro en el campo del Girona va a mostrar en consecuencia las ideas del nuevo entrenador lejos de casa y si la condición de forastero repercute en el planteamiento, en la elección de los hombres. La Liga se estrecha esta semana con dos partidos en pocos días –en el caso de Osasuna, entre jueves y domingo, el Celta anda, el próximo rival, anda de descanso desde el lunes– y esta es otra cuestión a efectos de echar mano de personal distinto para una y otra cita. Habrá que ver si Vicente Moreno cambia de sistema, reforzando zaga y eje, y si en esa reforma hay nuevos nombres para la pelea.
Osasuna tiene una baja importante para mucho tiempo, la de Iker Muñoz, y eso supone que se deben explorar otras opciones para llevar las riendas del equipo, probablemente menos minuciosas en la distribución del juego que con el canterano. Aimar Oroz ha ofrecido minutos de lujo en los dos partidos de casa, sobre él pivotará el juego ofensivo, seguro respaldado por un convincente Rubén García y más allá Budimir,me referente claro. Habrá que ver si Bryan es de la partida inicial o si la agitación es asunto que se puede demorar con el partido avanzado.
Con los hombres que correspondan –Vicente Moreno anunció algún cambio–, Osasuna va a tener que mostrar como el equipo de los buenos minutos de los dos anteriores encuentros de presentación: intenso sin la pelota y vertiginoso con ella. El esfuerzo se da por hecho porque estos primeros partidos de Liga se están caracterizando en la mayoría de los choques por tener un ritmo loco, excesivo a veces, quizás consecuencia de la falta de ajustes.
El Girona tiene el reto elevadísimo de mantener señas de identidad y su solvencia. Va a ser imposible reeditar el rendimiento del pasado curso, en el que se hizo con un sitio entre los grandes de la Liga, pero tiene inercia, jugadores e ideas claras. Al Girona le trituró a la contra el Atlético de Madrid en su último partido (3-0), porque quiere tener el balón y mandar, jugar con todo el mundo al ataque y eso tiene un coste si no se aciertan las ocasiones y si chirría el equipo en los regresos a defender. El Giron ha perdido jugadores importantes –su goleador Dovbyk y el extremo Savinho son los más significados–, pero ha hecho caja –ha ingresado más de 50 millones por ventas– y se ha lanzado a una inversión espectacular para no perder comba. Esta tarde, junto a algunos nombres conocidos y con talento, caso de Miguel, Tsygankov, Blind o Iván Martín, aparecen los de la nueva hornada, como Krejci, Van de Beek, Bryan Gil o Miovski, y otros que esperan en el banquillo. Un arsenal.
LOS DATOS
Arnaiz entra en la lista. Jose Arnaiz se ha recuperado y ha entrado en la lista para el partido de esta tarde en lo que es su primrea convocatoria del curso. No han viajado a Girona los lesionados Kike Barja, Iker Muñoz y Rubén Peña.
LA CIFRA
47 millones de euros
Son los que se ha gastado el Girona esta temporada con las llegadas de Abel Ruiz (9), Alejandro Francés (3,5) Bojan Miovski (8), Donny van de Beek (500.000 euros), Ladislav Krejci (8) y Asprilla (18).