Ha pasado hace poco la época de Halloween y alguien en Osasuna tenía ganas de revivirla. Tenían que decidir si entre susto o muerte y durante muchos minutos parecía que iba a ser los segundo hasta que el equipo rojillo decidió que mejor asustarse y seguir vivo por lo que arregló el desaguisado que se había marcado en 84 minutos en apenas nueve aunque, como castigo, muchos de los habituales tuvieron que cargarse con más minutos.
Y ahí, ahora mismo, está el gran problema rojillo. Qué fue antes, ¿el mal nivel de los suplentes o que los suplentes tengan ese ritmo tan horrible por los pocos minutos acumulados hasta la fecha? Hay casos sangrantes. El Bretones de principio de temporada parece diluido tras su desaparición del once titular. Su partido en Ceuta fue doloroso y muy falto de confianza.
Otros, directamente, no han comparecido aún en esta temporada y volvemos a la pregunta de arriba. La respuesta deberán saberla en el cuerpo técnico rojillo y ahí tendrán que tomar decisiones ya que sino las dudas inundarán el once cuando haya bajas por lesión, como ahora con Bryan Zaragoza.
En Ceuta tuvieron que entrar los Budimir, Aimar y, especialmente, Rubén García para darle la vuelta a un asunto que estaba azul oscuro casi negro.
Y es que Osasuna cometió más errores que un equipo semiprofesional. Y no es que le costase un gol, es que si no fuese por el portero, a lo mejor le habría caído alguno más.
Cierto es también que en esos 80 primeros minutos, el colegiado estuvo al nivel del juego de Osasuna: horripilante.
Y cuando casi nadie creía en ello, Osasuna comenzó a meter centros, Budimir metió el primero, Raúl rápidamente el segundo y Redru, que había estrenado el marcador, sentenció el pase.
Para llegar a la Cartuja hay que sufrir, sin duda, pero tal vez ha sido demasiado pronto cuando han aparecido los sofocos. Pero Osasuna decidió que mejor susto que muerte y por lo menos las posibilidades siguen vivas.
Pero está claro que el partido de Ceuta deja la pregunta del nivel de los menos habituales y de sus causas.
Por ahí tienen trabajo Vicente Moreno y los suyos, Osasuna no va a llegar muy lejos con 14 jugadores.