Tras el empate de este jueves entre Oviedo y Almería (1-1) en el partido de vuelta de una de las semifinales de la promoción de ascenso a Primera y tras la igualada del pasado domingo entre Racing y Mirandés (3-3) en el duelo de ida de la otra, Osasuna sigue siendo el único equipo que ha ganado los cuatro partidos del play off. Lo hicieron los rojillos en la temporada 2015-2016, con Enrique Martín Monreal en el banquillo y batiendo por partida doble al Nàstic primero (3-1 en Pamplona y 2-3 en Tarragona) y al Girona después (2-1 en El Sadar y 0-1 en Montilivi).

El actual sistema de la promoción de ascenso, en la que los cuatro equipos clasificados entre la tercera y la sexta posición pelean por la tercera plaza en Primera (las otras dos son directas para los dos primeros clasificados en la liga regular de Segunda División) se estrenó en la temporada 2010-2011 y desde entonces sólo Osasuna ha sido capaz de ganar los cuatro partidos del play off, hito que seguirá manteniendo al menos una temporada más.

Osasuna subió a Primera en la temporada 2015-2016 un año después de salvar la categoría en Segunda División de manera agónica con un empate en Sabadell (2-2) gracias a un gol de David García y a otro postrero de Javier Flaño. Con severos problemas económicos y ya bajo la presidencia de Luis Sabalza, Enrique Martín Monreal apostó por un bloque repleto de canteranos, entre los que destacó un Mikel Merino que a sus 19 años lideró a su equipo en la fase final de la competición, a la que el conjunto navarro accedió casi de rebote en la última jornada de Liga, con tres goles en los cuatro partidos del play off.

Merino se marchó al finalizar el curso al Dortmund (el club ya lo había vendido antes de que concluyera), dejando huérfano a un equipo mítico para el imaginario osasunista en el que compartió vestuario y ascenso con futbolistas como Oier, Roberto Torres y Álex Berenguer, entre otros, sin olvidar a los que también marcaron en el play off al margen de Merino: Kenan Kodro, David García, Javi Flaño y Maikel Mesa.