Osasuna vuelve a ganar en casa
Los rojillos demuestran oficio y habilidad para llevarse la victoria frente a un buen rival
Osasuna demostró oficio y habilidad para llevarse la victoria frente a un buen rival. Tiene mérito ganarle al Rayo Vallecano porque el equipo de Íñigo Pérez es un conjunto atrevido y con criterio con la pelota, que interpreta el juego a partir de la posesión. Al conjunto vallecano le salió en El Sadar esa parte del plan, pero no metió en la ecuación su falta de acierto, ni mucho menos el guion preparado por Lisci. Osasuna ofreció una excelente versión defensiva, supo amoldarse a las exigencias que le imponía el Rayo a partir de su fútbol control, pero fue quien mejor interpretó el camino del juego para marcar primero y remachar la victoria cuando su rival se estaba colgando del área. Una contra excelente, con la gestión de Jon Moncayola, terminó por liquidar a un Rayo que hizo muchas cosas bien, pero no le bastó. El equipo de Vallecas dejó una buena imagen, pero hace falta algo más que desplegarse con gracia: sacar las uñas y morder.
Osasuna supo manejarse en los distintos escenarios que le propuso el Rayo, y lo mismo se defendió con orden, que salió a la carrera para llegar hasta la portería, o ejerció un martilleo constante cuando a los madrileños no les daban para más.
Lisci y sus hombres recogieron buenas noticias ante el Rayo. Además de una victoria más o menos cómoda, la consolidación del dibujo táctico necesita resultados, y también es importante la aparición de nuevos protagonistas. Raúl García, relevo en el once titular de un Budimir lastimado, respondió con un gol. Que Iker Benito diera aire al equipo en el lugar de un agotado Aimar Oroz y se lanzara en una contra primorosa hacia su primer gol en Primera le otorga argumentos al entrenador. Lisci recogió agitación de los suyos y parece que le gusta esa marcha.
Estuvo bien la primera parte de Osasuna porque hizo lo que debía y desniveló el partido. Marcó en una de las pocas ocasiones de gol, supo replegarse y aceptar el fútbol del Rayo. Tras los minutos de control del rival, volvió a mostrarse en su perfil ofensivo.
El gol de Osasuna a los quince minutos –con centro de Boyomo– hizo que el Rayo insistiera en el mando y los rojillos en tolerar la batuta sin sufrir. Jorge de Frutos dio un aviso con un gol anulado por fuera de juego milimétrico. Osasuna reaccionó con tres ocasiones claras: Víctor, Raúl García y otra del extremo que desbarató Batalla. De Frutos mandó un balón a la cruceta y dio un pase de gol a Isi, que no acertó. El primer tiempo se marchó muy vivo, con oportunidades repartidas, pero con Osasuna habiendo hecho los deberes.
Antes de que el Rayo demostrara su carácter pese al infortunio, Abel Bretones –reaparecido tras dos partidos de sanción– avisó con una contra perfecta gestionada por Aimar Oroz. El Rayo tuvo dos ocasiones más, por medio de Álvaro García y Jozhua, solventadas por Herrera.
El equipo madrileño siguió con la posesión, ante un Osasuna perfecto en defensa y que se refrescaba con las sustituciones. El Rayo no mejoró con los cambios ofensivos de Íñigo Pérez. Empeñado en llegar al fortín de Herrera, lo pillaron descolocado. Moncayola le dio un pase entre defensas a Iker Benito, que cerró el partido con su gol. El Rayo mostró su valentía y trabajo, pero Osasuna continuó a lo suyo: cerrar su puerta y buscar la otra.