La importancia está en el detalle. Éste fue el principio que inspiró a los 1.200 concursantes de las sucesivas ediciones del Concurso de fotografía del que Rincones de Pamplona (1997-2009). Desde el pasado 28 de octubre, 44 de las 2.100 fotografías presentadas a lo largo de las 13 ediciones que se han celebrado están expuestas en el civivox San Jorge y permanecerán en las instalaciones hasta este sábado.
A partir de este año el certamen se denominará Enfoca Pamplona, por este motivo, se decidió mostrar al público las fotografías premiadas hasta entonces.
Espacios históricos que iban a desaparecer, como la antigua estación de tren o algunas de las fábricas de la Rochapea (como Sancena), esculturas retratadas desde una perspectiva distinta o instantes cotidianos son algunos de los ejemplos ganadores.
Ya fuese fruto de la casualidad o debido a un previo seguimiento personal, la captura de estas imágenes guarda un nexo común: el afán de mostrar "una visión diferente a la habitual de los espacios comunes" de Pamplona, tal y como define Alain Unzu (premio 2008 al rincón que va a desaparecer titulado: Próximo tren, destino Inquinasa).
Al autor de Babel de Yamaguchi, Mikel Muruzabal, no le había llamado mucho la atención una de las estructuras del parque Yamaguchi hasta que la enfocó desde abajo. "Fue una sorpresa, llevaba el objetivo angular y desde el suelo daba la sensación de Torre de Babel", explica Muruzabal.
Un toque divertido fue lo que inspiró a Verónica Tirapu (premio 2008 por ¡Que vienen!) a fotografiar a dos monjas que paseaban frente al monumento al encierro: "Parecía que corrían de frente entre la niebla", explica Tirapu. Cualquier rincón de la ciudad es susceptible de acabar bajo el objetivo de la joven que, según cuenta, acostumbra a salir a pasear con su cámara. "Me gusta hacer de todo, paisajes, arquitectura, gente y sobre todo me encanta hacer fotos en San Fermín, de todo; del ambiente del encierro...", enumera Tirapu, que además tiene pensado presentarse en la presente edición.
los instantes
La fiesta y la historia
Un momento festivo captado para reflejar la idea Pamplona 2016 es la esencia de la fotografía de Silvia Ollo, ganadora de la pasada edición.
"La saqué durante los fuegos artificiales, porque creo que en estos espectáculos hay imágenes muy interesantes entre el publico", concreta Ollo, que se dedica a sacar fotos para la revista VW Navarra.
En otros casos, el tema del concurso, como "un rincón que va a desaparecer", fue la clave. "En esa época en la Rochapea se estaban cerrando varias fábricas, algo que yo ya estaba siguiendo por mi cuenta, así que decidí fotografiar La última fundición de Sancena", comenta Iñaki Vergara. Dedicado desde hace más de 15 años a la fotografía, los últimos siete años colaboró en varios medios de comunicación y finalmente abrió una tienda de fotos en la Rochapea y trabaja en la revista de este barrio. "Ahora me dedico a temas sociales y etnográficos. Hice un libro sobre la vida del pastor y me centré en cómo trabajaban antaño. También he publicado trabajos que he realizado con ONG, en el Sahara, Ecuador y Benin", agregó Vergara. Además, este año el fotógrafo viajó a Haití para retratar la situación que se vive en los campos de refugiados.
"Hay que tener mucha inquietud, experimentar y pasar mucho tiempo en la calle sacando fotos y prestar atención a cómo van cambiando las cosas para ir adquiriendo tu propio estilo y que sea distinto a los demás", resume Vergara.
de afición a profesión
Los inicios
La diferenciación también supone una de las máximas de Unzu. "Hay que sorprender a la gente con imágenes que vean todos los días pero enfocándolas de una forma distinta, sacarlas de la rutina, hace falta mucha imaginación", considera Unzu, que trabaja como auxiliar de funcionamiento en un polideportivo municipal. "Para mí es una afición que comenzó más en serio a partir de 2005, cuando me compré una cámara digital. Yo tenía una desde los 15 años, pero como era más cara y tenía que estar pendiente del número de fotos que sacaba, no hacía muchas. Ahora que ya puedes sacar cientos, la estoy usando más, sobre todo cuando viajo y cuando paseo por la Chantrea, que es por donde más me muevo", añade Unzu.
Varios de los premiados apenas coqueteaban con el mundo de la fotografía antes de presentarse al concurso, sin embargo, para algunos, como fue el caso de Mikel Muruzabal, constituyó el impulso definitivo para "dar el salto a lo profesional". "Había empezado a sacar fotos un año antes de presentarme, me aficioné mucho y después de ganar me decidí por la fotografía", recuerda Muruzabal, que actualmente posee un estudio en el barrio de la Milagrosa. "Al principio me presentaba a concursos, pero desde hace años ya no tengo tiempo, debido al trabajo, aunque me encantaría hacer cosas más personales", reconoce Muruzabal. Los temas que retrata principalmente están relacionados con la moda, la publicidad y la arquitectura. "Me gustan mucho los edificios, de hecho, cuando viajo a otros lugares me fijo mucho en ellos porque creo que es una forma de conocer la historia de la ciudad", comenta el fotógrafo.
También Tirapu se presentó por primera vez en la edición que resultó premiada. Ella, en cambio, no se dedica de manera profesional a la fotografía, aunque reconoce que "siempre" ha hecho fotos y desde que obtuvo su primera cámara se siente "más enganchada" a este ámbito. "Es muy complicado (dedicarse a la fotografía) y está muy difícil en este momento pero, de haber podido, me hubiera encantado", considera Tirapu.
En esta nueva edición del concurso Enfoca Pamplona se pretende ampliar el margen de actuación de estos artistas, sin restringir las posibilidades con el anterior término que definía el concurso y así dar la oportunidad a los participantes de mostrar la ciudad desde una perspectiva más personal.