pamplona. "Hay poca vigilancia y apenas hay iluminación en esta calle, solo un par de farolas. Esta zona está abandonada, no se ven agentes. Tampoco voy a pedir que haya policías en la puerta, pero sí que tengan las calles más controlada por la noche y hagan más rondas. Ha habido tres robos en la misma noche, ya no sabes qué plantearte. Además, luego dicen que saben quiénes son", explicó Gabriela Pérez , hija del dueño de Cochecitos Pérez (calle Amaya), establecimiento que sufrió un robo en la noche del martes de la semana pasada. "Se llevaron un cajón de ordenador, los cambios de la caja registradora, un cochecito de bebé (valorado en unos 900 euros), destrozaron el cableado para sacar el ordenador y rompieron la puerta, y eso que eran cristales blindados, están hechos añicos. Ahora estoy con una de madera", describió Pérez, que asimismo añadió que "tengo alarma y es la primera vez que me pasa, pero ya piensas que, si han entrado una vez, pueden hacerlo más veces".

Por su parte, desde la Joyería Nando (avenida San Ignacio), uno de los propietarios, Jesús Díez, que sufrió recientemente un intento de robo, pidió más vigilancia y más castigo. "Les detienen y a las dos horas están de nuevo en la calle, les arrestan una y otra vez y nada. Parece que aquí les sale barata la delincuencia", lamentó Diez, que recordó que "esta zona había sido más o menos tranquila y a nosotros se nos exige un sistema de seguridad muy seguro, pero ahora los robos están subiendo en general. Sientes inseguridad a pesar de estar en un sitio tan céntrico".

los mismos También Loli Lobera, propietaria de la tienda Lofer (calle Tafalla), comparte esa inseguridad: "Entran ganas de tirar la toalla. En mi caso, se llevaron la caja registradora entera. Encima, cuando me llamó la policía a las 6 de la mañana y vine (el pasado viernes), estaba todo apagado, desangelado, y eso me indignó". "El cristalero que vino nos contó que ese mismo día, habían robado en una perfumería en la calle Sangüesa, con tantos robos a la vez, pienso que puede ser una banda organizada", opinó Lobera. Esta sospecha se une a la impresión de que "saben quiénes son" y además, "son los mismos". J. M. Ezcurdia Muebles y Decoración (calle Paulino Caballero) fue víctima de dos robos nocturnos en una misma semana. "En el segundo, se llevaron hasta las cerraduras del suelo. Nos dijeron que fue para que no viesen cómo la habían roto y no les relacionasen con ningún método. Además, solo se llevan dinero, para que no les sigan el rastro", recordó José Mª Ezcurdia.

"Hay que dar a entender que todo el mundo está en riesgo, el problema atañe a toda la ciudad y tiene que hacerse cargo la policía", sentenció Alejandro, propietario de El Tostadero (calle Felipe de Gorriti), otro de los establecimientos atracados en los últimos días. Esta situación, cada vez más comentada en el sector, lleva consigo que, como apuntó Isabel, de la Cafetería Café Di Roma (avenida Carlos III): "Al final vienes a trabajar con miedo por si los próximos seremos nosotros. Ya ha habido en El Tostadero, en Catimini, en una peluquería, en una tienda de ordenadores en la calle Olite...", enumeró Isabel.