pamplona. "Que quede claro que vamos a derribar todo y tenemos previsto dejar colocada la instalación eléctrica. Pero no tenemos dinero para realizar la iluminación por lo que habrá que habilitar una partida para este cometido en el próximo presupuesto ", aseveró Maya, quien dejó clara su intención de implantar la zona azul en el barrio de San Juan el próximo año.
Después de visitar casi todos los barrios de Pamplona (le faltan dos), el alcalde acudió ayer al cuarto más antiguo, San Juan-Donibane, para participar en el encuentro El alcalde te escucha celebrado en el colegio de El Huerto. Ante medio centenar de asistentes, Maya enumeró los principales asuntos que han recabado un mayor número de quejas. Así, tras anunciar el retraso del ascensor de Anaitasuna, que salvará el desnivel entre Monasterio de Irache y el paseo del Plazaola, "por falta de dinero", el alcalde se centró en las quejas vecinales que suscita el botellón y que guardan relación con la suciedad, los ruidos y otros conflictos. "Es un tema que da para mucho debate. No es fácil ya que no hay una norma que impida la reunión en la calle y los jóvenes quieren tener su ocio y es normal", afirmó Maya.
El consistorio, según explicó, "ha reforzado el servicio de limpieza en las zonas más conflictivas" y "está estudiando junto al Gobierno foral la posibilidad de limitar el horario hasta el que se pueda vender bebidas alcohólicas". Ahora bien, Maya reconoció que "no es un tema de fácil regulación" y dudó de su efectividad ya que "podrán comprar las bebidas antes y guardarlas". Pero este asunto, como se pudo observar ayer en la reunión, suscita quejas y "queremos actuar y resolverlo. Creo que en el punto medio está la virtud".
críticas por el derribo Otro de los temas en los que se centró el alcalde fue el derribo de la vieja cárcel, actuación que fue criticada por el presidente de la asociación de vecinos de San Juan, Koldo Osinaga. "Nosotros tenemos un diagnóstico del barrio muy diferente al que usted ha realizado", aseguró para denunciar que la demolición se llevó a cabo "sin reflexión y con libros y enseres de los presos en su interior". La demolición del penal, afirmó Maya, "estaba presupuestado y debatido" y añadió "no va a quedar nada, se va a derribar todo".