EN 1971, el tramo final de la calle de Yanguas y Miranda terminaba bruscamente en los glacis de la Vuelta del Castillo. En toda su longitud, la calle iba flanqueada por los cuarteles de las diferentes armas militares. Así, el cuartel de Intendencia, que se levantaba donde hoy se encuentra el Corte Inglés; el de Infantería, que coincidía más o menos con el lugar donde hoy se levanta el edificio de la antigua Caja de Ahorros Municipal, o este de Ingenieros que vemos en la imagen, y que se ubicaba ya al final de la calle, cerca de donde el camino de Abejeras se bifurcaba de la entonces llamada Carretera de Zaragoza.

La foto muestra, a la izquierda, la parte posterior del cuartel de Ingenieros, que daba frente a la Casa de Misericordia y a la carretera de Circunvalación, actual calle de la Vuelta del Castillo. En primer plano vemos la garita de guardia que miraba hacia los fosos de la Ciudadela, mientras que la caseta del fondo se levantaba donde hoy está la plaza de los Fueros, lugar ocupado por cocheras y almacenes de las instalaciones ferroviarias del Plazaola. Detrás se alcanza a ver la comandancia de la Guardia Civil, al comienzo de la avenida de Galicia, que prolongaba por aquel lado el carácter marcadamente militar de esta zona de Pamplona.

HOY EN DÍA, la fotografía de aquel mismo paisaje urbano demuestra, bien a las claras, que las cosas no tienen por qué ir siempre a peor con el desarrollo urbanístico. Con el traslado de las instalaciones militares la ciudad recuperó unos terrenos que pudieron ser acondicionados como parque, y los antiguos glacis de la Vuelta del Castillo se convirtieron en uno de los grandes pulmones de la ciudad.

La fotografía muestra, en el extremo derecho, el cuartel de la Guardia Civil, que fue reformado y ampliado hace algunos años. Hacia el centro se aprecian algunos edificios de la avenida de Zaragoza, así como el altísimo edificio de Caja Rural y el arranque de la calle de Yanguas y Miranda. Ya en primer plano, vemos la pradera creada en el solar del cuartel de Ingenieros, lugar en el que, durante décadas, se levantaron las carpas de los circos que llegaban a Pamplona por San Fermín. Aquí estuvo el circo Price y el Circo Ruso, y también aquí aparcó su fastuosa roulotte, en medio de gran expectación, el domador Ángel Cristo, aquel año en el que vino acompañado por la famosa vedette Bárbara Rey. Incluso recuerdo el año en el que llegó el picarón Teatro Chino de Manolita Chen. Joder, qué mayor me estoy haciendo...