Pamplona - Los vecinos de la Comunidad de Propietarios de Calceteros, 7, el edifico del antiguo Banesto, volverán esta semana, de nuevo, a los tribunales ante el inicio ayer mismo de los trabajos previos para la instalación de una chimenea o salida de humos para una futura actividad de hostelería. Marian Antoñana, presidenta de la comunidad, señaló a este periódico que tras presentar recursos tanto ante el Ayuntamiento como al Tribunal Administrativo de Navarra, van a continuar con sus denuncias para que, si la instalan, el juzgado de lo civil determine si tienen derecho a esta obra a pesar de la oposición unánime de la comunidad.
La presidenta recordó que ya en diciembre de 2014, la propiedad del inmueble, Integración de Servicios Plásticos Nuevos SL, ya se presentó a la comunidad “para que les diésemos el permiso, argumentando que iba a ser una cafetería de día, que no iba a originar problemas vecinales”. Ya entonces, conocieron que detrás del proyecto, “se encontraba la mujer del empresario Fermín Elizalde Urmeneta, del que luego supimos que es hermano de la concejala Ana Elizalde”, explica Antoñana. Desde entonces, y en continuas ocasiones, los vecinos han manifestado a la propiedad su negativa a autorizar la instalación de la chimenea, “porque quieren meterla por la escalera central”, un elemento de gran antigüedad, que “está recogido en el Catálogo Municipal como elemento de interés de Grado III, es decir, a proteger, como la fachada”, dice. Los promotores se acogen, en cambio, “a los estatutos de la comunidad”, realizados en su día por los dueños del inmueble, Banesto, y que recogían la posibilidad de utilizar los elementos comunes para salida de aire acondicionado o de calefacción. “En ningún caso, y es lo que argumenta nuestra abogada, de salida de humos o chimenea”, dice la presidenta.
A pesar de que ya en junio los vecinos consiguieron una orden de la juez para que se paralizara la obra, la misma jueza les concedió de nuevo autorización con una caución, y ayer lunes se encontraron con que los trabajos se habían retomado. “En junio perforaron el suelo de un rellano, y esta mañana (por ayer) han comenzado a colocar una malla en la escalera”, dijo Antoñana, quien recuerda que “a pesar de que el 24 de julio ya nos dijeron que no iban a seguir adelante con la chimenea hasta no tener la licencia para cafetería, nos hemos encontrado con que la obra ha comenzado”. De los 7 vecinos de la comunidad (exceptuando al propietario del local), 6 están en contra. Este periódico contactó ayer con el área municipal, y como ya se avanzó en su día, la empresa, representada por el abogado Félix María Apezteguía, recibió el 16 de febrero licencia abreviada “únicamente para la instalación de chimenea según proyecto presentado”, como consta en la autorización municipal. El 30 de marzo, la propiedad presentó solicitud de licencia para cafetería, un expediente “en este momento paralizado, por la moratoria de licencias en el Casco Viejo”, señalaron, por lo que “cualquier obra añadida no está autorizada”, dijeron.