pamplona - El Ayuntamiento de UPN rechazó en 2010 realizar una prueba de carga de la pasarela del Labrit un mes antes de su inauguración, atendiendo a los criterios de la Dirección Facultativa de la Obra, es decir, a los arquitectos e ingenieros que la proyectaron, quienes afirmaron entonces que, aunque una “prueba piloto” podría resultar “interesante”, no se consideraba “preceptiva” según la normativa, por lo que no la vieron necesaria en ese momento. El Ayuntamiento (en ese momento, la obra dependía del área de Proyectos Estratégicos) también se agarró al coste económico que podría suponer tal prueba de carga y, dado que no había “partida habilitada a tal efecto”, desestimó llevarla a cabo.

Según consta en el acta de la reunión correspondiente a una de las últimas certificaciones de obra de la pasarela del Labrit (la número 22 de las 23 que se realizaron durante la construcción), fechada el 15 de noviembre de 2010, en la misma fue el representante de la empresa constructora, Arian, quien pregunta a la DFO (Dirección Facultativa de la Obra), “si se pretende llevar a cabo una prueba de carga de la pasarela”, consta textualmente. El equipo de arquitectos, siempre según el acta, “indica que aunque la prueba podría resultar interesante, no es preceptiva según la normativa vigente”. Ante la posibilidad de realizar o no este examen técnico, es el representante de Arian quien “informa de que esta (se refiere a la prueba de carga) tendría un coste económico”, por lo que “dado que no hay partida habilitada a tal efecto, el Ayuntamiento desestima su ejecución”.

Un mes después, en diciembre de 2010, la pasarela del Labrit se abriría al público, sin haberse realizado los exámenes técnicos y pruebas de carga que, en aquel entonces, sí podrían haber resultado interesantes, (como lo reconocía la propia dirección de la obra), para aportar más información sobre la estructura. Inaugurada en 2010, ya en febrero de 2016, apenas 5 años y dos meses después de su inauguración, se produjo el desprendimiento de algunas chapas, hecho que motivó la revisión llevada a cabo y que determinó, primero su cierre, y ahora, tres años después, su desmontaje y la necesidad de un nuevo diseño.

Como se recordará, la prueba de carga fue solicitada por la aseguradora del equipo que la proyectó, y, asimismo, el grupo municipal de UPN la ha venido reclamando. Ayer mismo, la Junta de Gobierno desestimaba su realización, atendiendo al informe del instructor del expediente, que concluye que exámenes técnicos de este tipo “nunca se realizan sobre estructuras donde se ha justificado una situación de inseguridad como es el caso de la del Labrit”.

UPN, que cuando estaba al frente del Ayuntamiento con Barcina no la vio importante, se apresuró ayer a utilizar de nuevo el tema, y aprovechó para señalar al alcalde Joseba Asiron, y preguntarle “por qué tiene tanto miedo a hacer una prueba de carga en la pasarela de Labrit”, ya que así se demostraría si tiene “los problemas que se afirman y que los autores y la realidad de la infraestructura parecen desmentir”. Sorprende la postura de UPN, cuando no la hizo ni en 2010, ni cuando en 2013 se detectaron los primeros problemas estando ellos al frente del gobierno municipal.

125

toneladas. La pasarela del Labrit comunica peatonalmente el Baluarte del Labrit con el parque de la Media Luna. Tiene 73,5 metros de longitud y un peso de más de 125 Tm.

Corrosión generalizada. El 20 de marzo comenzaron los trabajos de desmontaje de las planchas metálicas, un trabajo que puso al descubierto el grado de deterioro de la estructura. La corrosión generalizada de los elementos metálicos habría devenido de la carencia de un sistema de drenaje adecuado, lo que ha favorecido la acumulación de agua de lluvia y restos de suciedad.

Depuración de responsabilidades. El Ayuntamiento sigue trabajando en el expediente para determinar las responsabilidades, teniendo en cuenta que la obra costó 1,2 millones de euros, a los que habría que sumar el desmontaje (otros 40.000). Podría reclamar 800.000 euros a los autores.