¿Qué más se le puede pedir a la historia de una pasarela que lleva cerrada desde julio de 2016 por el desprendimiento de unas chapas metálicas y en la que ya se ha gastado más de un millón de euros en intentar repararla? Que los operarios que se encargan de que la infraestructura sea segura y transitable trabajen bajo una sombrilla en un calurosa jornada de verano

Esta estampa, de dudosa seguridad laboral, se vio ayer en la pasarela del Labrit, donde los operarios realizan labores de mantenimiento para arreglar la infraestructura que se construyó a finales de 2010 y que ya lleva seis años intransitable. Algunos trabajadores hicieron frente al sofocante calor –ayer en Pamplona se alcanzaron los 34 grados y una axfisiante sensación de bochorno– cubriéndose con una sombrilla

No es la primera vez que la pasarela del Labrit es noticia por medidas sorprendentes. El 5 de julio, a 24 horas del inicio de los Sanfermines más esperados de la historia, el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, aprobó una nueva inyección de dinero público para la reparación de esta infraestructura: 122.116 euros. En total, ya se han gastado 1,04 millones de euros, cuando en 2010 el equipo de Gobierno de Yolanda Barcina pagó 669.842 euros en levantarla. Este sobrecoste, según el Ayuntamiento, viene derivado de las nuevas deficiencias detectadas tras el desmontaje de la infraestructura y que a simple vista no eran perceptibles.