La exposición Julio Martín-Caro (Pamplona, 1933-Madrid, 1968) Tinta y papel recorre la obra de este precursor del arte contemporáneo en Navarra. Centrada en dibujos realizados a tinta, cuenta con un centenar de obras que se pueden ver desde el viernes y hasta el día 14 de enero en las salas 1 y 2 del Palacio del Condestable de Pamplona

La exposición es una recopilación de casi 100 trabajos del artista custodiados en el Museo de Navarra o procedentes de colecciones particulares y de la propia familia del autor. 

La exposición se presentó en una rueda de prensa en el Condestable a la que asistieron el director de Cultura del Ayuntamiento de Pamplona, Rudy Goroskieta; el comisario de la muestra, Javier Manzanos y el hermano del artista y presidente de la Asociación de Arte Julio Martín-Caro, Enrique Martín-Caro. En el acto, Goroskieta afirmó que el Condestable es “un sitio más que adecuado para conservar parte de nuestro patrimonio de Pamplona, siendo Don Julio uno de los primeros artistas contemporáneos”.

El objetivo de esta muestra es que el público de Pamplona sepa quien es Julio Martín-Caro y valore el significado que este pintor pamplonés tiene para el arte contemporáneo. También se busca reivindicar sus dibujos y desterrar la idea errónea de que el dibujo es un arte menor. En palabras del comisario de la exposición, Javier Manzanos: “El dibujo es el laboratorio de pruebas, el lugar donde surgen las ideas. Para mí estos dibujos son absolutamente mayores, porque vemos genuinamente ese alma exploradora, rompedora de Julio”. 

La muestra está dividida en dos salas, que muestran diferentes etapas de la obra del autor. La Sala 1 exhibe trabajos de su etapa formativa, entre 1953 y 1958. En estos dibujos se pueden observar influencias del dramatismo costumbrista de Goya, del primitivismo de Picasso, y del casticismo costumbrista de Solana. Su obra llegaría a un punto de inflexión en el año 1959, cuando recibió la beca extraordinaria de la Institución Príncipe de Viana, que le permitió ampliar sus estudios en Venecia. 

 En los trabajos de la Sala 2, que abarcan los años entre 1965 y 1968, se aprecian influencias del neocubismo, se busca un espacio que las propias figuras crean. Se puede observar como la figura se descompone y se llega a estilos que se asemejan al informalismo, al arte bruto, a lo irracional y espontáneo, pero nunca a la abstracción. Nolde, Bacon o el grupo el Paso, con quien tuvo una estrecha relación, son algunas de las influencias del artista en esta etapa. “La gozada de esta exposición es poder recorrer la historia del arte a través de estas referencias que podemos encontrar en la obra de Julio”, destacó Manzanos. A lo largo de su corta vida, Martín-Caro recorrió a gran velocidad las etapas de su crecimiento artístico en busca de una voz propia.

Esta voz se materializa en una conexión con el mundo del cómic, con lo secuencial, ya que, además de reflexionar sobre el espacio, Martín-Caro introduce el elemento del tiempo en su obra. Sus dibujos se asemejan a secuencias fílmicas del cine. Y es que el pintor fue un gran cinéfilo. Dos constantes a lo largo de su trabajo son su honda preocupación social, política y existencial y su fidelidad a la figuración, que llevó hasta sus límites mediante trazos violentos y desencajados, en los que casi rasgaba el papel. “Parecía un espadachín pintando”, destacó un familiar, que asistió a la presentación de la exposición como parte del público.

Julio Martín-Caro obtuvo diferentes premios y reconocimientos en certámenes de diversos países, como Francia o Estados Unidos. Actualmente, sus obras se encuentran en lugares como la Biblioteca del Congreso de Washington, el Museo de Arte Moderno de Joannesburgo (Sudáfrica), el Museo de Artes Reina Sofía o el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.

Esta exposición es el fruto de un esfuerzo común de mucha gente involucrada con el objetivo de insistir en la renovación que Martín-Caro supuso para el panorama artístico de la pintura navarra. “Hoy es un día emocionante porque este es un proyecto que empezamos hace más de dos años con nuestro anterior director Jorge Urdánoz y es fruto de una colaboración entre muchas entidades y muchas personas, un ejemplo de arte colaborativo que hay que propiciar”, destacó Manzanos. 

Por su parte, Enrique, hermano del pintor, expresó que se sentía impresionado con la obra. “Esta exposición me llena de emoción porque, como hermano, he dedicado parte de mi vida a dejar el legado de Julio en el sitio que merece, en quienes estudian y analizan su obra, entre aquellos que ven su obra por primera vez y quedan prendados y en la tierra que lo vio nacer”, comentó. 

Desde el Ayuntamiento y la familia de Martín-Caro, invitan a acudir al Condestable “a que disfruten de esta exposición intensa y dramática que va a ser del agrado de todos”.