Lleva 27 años en todos los saraos navideños. En 1996, fundó –junto con Fernando Lizaur, Eduardo Ruiz de Erenchun y Jesús Barrenechea– la Asociación Cabalgata Reyes Magos de Pamplona y, desde 2002, organiza la kalejira de Olentzero.

Sí, les hablo de Xabier Martínez de Álava una figura fundamental de la Navidad pamplonesa que, en unas horas, vivirá su última tarde como presidente de la Asociación Amigos de Olentzero.

Lo dejo porque soy viejo. El ciclo se ha acabado. Los jóvenes deben dar un paso al frente”, comenta Xabier. “Deja el listón muy alto. Con su ayuda, espero, no igualarle, pero, por lo menos, no defraudar”, asegura Carlos Itxaso, nuevo presidente de la entidad. 

En 1990, Ángel Dufur, Patxi Laborda y Mari Ganuza fundaron Amigos de Olentzero. La asociación y las Juventudes San Antonio, que en 1957 habían traído a Iruña la tradición del Olentzero de Lesaka, organizaban con pocos recursos la kalejira del carbonero buenachón.

Ponían dinero de su bolsillo porque solo contaban con la pasta recaudada en las cestas y las subvenciones minúsculas del Ayuntamiento de Pamplona”, relata Xabier.

A finales de los 90, Andoni Santamaría, fundador de las Juventudes San Antonio, pidió a Xabier, que ya organizaba una cabalgata con “mucho nivel”, que intentara “levantar” la kalejira de Olentzero. 

Xabier aceptó el reto, en el 2000 entró en la asociación y durante los dos siguientes años buscó fórmulas para conseguir más subvenciones y un mayor apoyo institucional.

“Había que ir más allá de la kalejira. Debíamos organizar eventos que promocionaran la figura de Olentzero y que repercutieran económica y mediáticamente en la asociación”, señala Xabier, que entró en la junta en 2002.

En concreto, impulsó la revista Olentzero, el premio Txondorra y el concurso de carteles. El concepto de la kalejira se mantuvo: “Traer el mundo rural a la ciudad”, resume. 

Además, había que solucionar los “problemas de imagen” que sufría Olentzero, una figura demonizada por los sectores más derechistas y españolistas de la sociedad.

“Había personas que querían participar en la kalejira para reivindicar los derechos de los presos de ETA. Eso le hacía mucho daño a Olentzero porque se quedaba sin ayudas económicas. Era una figura política”, reflexiona Xabier. 

En los últimos años, la imagen de “Olentzero reivindicativo” ha dado paso a un carbonero “puramente festivo” y, como consecuencia, ha logrado ese ansiado reconocimiento social.

“Es un logro tremendo que la sociedad pamplonesa asuma que Olentzero es el comienzo de la Navidad, que salga al balcón principal de la Casa Consistorial y que hable a la plaza en euskera. Hace poco, compañeros de la asociación se pasaban la Nochebuena en los calabozos del Gobierno Civil”, recuerda. 

En la misma línea, Xabier destaca que Olentzero se “expandido” por la Comunidad Foral “como si fuera aceite”, sobre todo en la Ribera. “Hace 50 años, el 24 de diciembre no se celebraba ninguna kalejira en la Ribera y ahora hay en muchas localidades. El Olentzero de Iruña ha sido un referente para el resto de Navarra e Iparralde”, asegura. 

Xabier se retira de la primera línea, pero no se marcha del todo. “Lo buenos de los viejos es que tenemos una agenda que los jóvenes no poseen. Sé a quién hay que llamar para cualquier cosa, ayudaré a Carlos en la transición”, apunta Xabier que, como último acto, aconseja al nuevo presidente que cree puentes y no cave trincheras.

“Olentzero es de todos. Hay que asumir y comprender que existe más de una concepción de Olentzero. La tradición se construye día a día”, insiste.

25 años en la asociación

Aunque parezca mentira, Carlos lleva más tiempo que Xabier en la Asociación Amigos de Olentzero: 25 años. “Entré con 18 porque me lo recomendó un amigo. Fui a reuniones, decoré carros y participé en las kalejiras. Te involucras más, colaboras más y sin darte cuenta llegas a presidente", finaliza.