La votación celebrada este martes en la Comisión de Presidencia del Ayuntamiento de Pamplona sobre la agresión sufrida por la presidenta María Chivite en Cabanillas ha evidenciado las divisiones en el seno del grupo municipal de UPN y las distintas posturas existentes sobre la estrategia que está llevando a cabo su formación.

Tres de los cuatro concejales regionalistas que forman parte de la citada comisión han respaldado una iniciativa presentada por el grupo municipal socialista para denunciar lo ocurrido el pasado viernes cuando un grupo de personas agredió el coche de la presidenta a la salida de un acto.

La decisión contrasta con lo ocurrido ayer lunes en el Parlamento foral, donde los representantes de UPN se negaron a respaldar la misma iniciativa, presentada también por el PSN en los mismos términos de la que se aprobó en su día por los tartazos sufridos por la entonces presidenta Yolanda Barcina.

La sorpresa ha venido cuando los concejales regionalistas Javier Labairu, Raúl Armendáriz y María Echávarri han votado a favor de la declaración junto al resto de representes de EH Bildu, PSN, Geroa Bai, Contigo y PP.

Sin embargo, el cuarto concejal de UPN, Aitor Silgado, se ha abstenido, lo que incluso ha causado extrañeza al presidente de la Comisión, Endika Alonso, que se ha ofrecido a repetir la votación por si se hubiera tratado de un error del edil regionalista.

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Pero no se ha tratado de una equivocación y Silgado ha confirmado que su voto era la abstención, lo que ha provocado minutos de tensión con sus compañeros de formación que sí habían decidido respaldar la propuesta para condenar la agresión a Chivite en Cabanillas.

La declaración aprobada rechaza "el comportamiento antidemocrático de las personas autoras de la agresión y de quienes les apoyan" y reitera "el necesario respeto al Estado democrático, a sus instituciones y a quienes las representan". También reafirma su "total apoyo y el pleno reconocimiento a la labor llevada a cabo por la Policía Foral".