El sueño de Gemma y Hugo
Los dos alumnos de la escuela de flamenco de la Rochapea de Sandra Gallardo han ganado el concurso estatal de baile ‘Vive tu sueño’
“Vivo bailando y bailando vivo”, confiesa Sandra Gallardo. Desde los seis años le da a la danza, a los 15 ya estaba impartiendo clases y en 1993 fundó su estudio de flamenco, donde forma a las estrellas del futuro.
Hace unas semanas, dos de sus alumnos, el dúo conformado por Hugo Casado y Gemma Cruceira, ganaron en una de las modalidades de Vive tu sueño, concurso estatal de baile en el que participaron 4.000 personas en la final.
“Lo que han conseguido es una pasada. No es nada fácil tener este nivel de flamenco en el norte de España. Hugo y Gemma poseen unas cualidades increíbles porque el flamenco les gusta, les apasiona”, elogia.
Los padres de Sandra proceden de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), emigraron a Pamplona sin saber el uno del otro y se conocieron a 1.000 kilómetros de distancia de sus respectivos hogares. “Casualidades de la vida”, señala.
Las comidas familiares –sus tíos también vivían aquí– siempre terminaban con fandangos, rumbas o bulerías; Sandra bailaba con su prima mayor y con seis años entró a la escuela de danza del Gobierno de Navarra, donde aprendió Clásico, Clásico Español y flamenco.
También se formó en la Casa de Andalucía, con 15 años ya era profesora en el grupo de baile Alegría de Burlada y en 1993, recién alcanzada la mayoría de edad, montó su escuela de flamenco en Ansoáin. “Mi madre vio que valía para esto, me echó un cable y me compró un local de 40 metros cuadrados”, relata.
Sandra estuvo 11 años en Ansoáin, cerró el centro cuando fue madre por segunda vez y en 2008 retomó su pasión en la Rochapea. “Si fuera millonaria daría clases gratis porque el flamenco es una forma de vida, lo sientes desde dentro y no puedes dejar de bailar”, confiesa.
El Estudio Flamenco Sandra Gallardo ofrece clases de flamenco, de sevillanas, castañuelas, de técnica corporal y de perfeccionamiento del zapateado: precisión, claridad e integración en coreografías flamencas.
Sandra y su compañera Mónica Méndez imparten clases de lunes a viernes de 17.00 a 21.30 horas, enseñan “con mucho cariño” a un centenar de alumnos –niños, jóvenes y adultos– y “cuando bailan muy bien” los deriva a la escuela de danza del Gobierno de Navarra. “Con ambas opciones reciben una formación súper completa”, indica.
Además, su estudio ha participado en el festival Flamenco On Fire, colabora con entidades como La Gota de Leche, Cáritas, Ópera de Cámara de Navarra o Haizea y Sandra ha realizado tres espectáculos: Blanco y Negro, Encerradas y Aire, Fuego y Tierra. “Participamos en todo lo que nos llaman. No he parado quieta”, comenta.
Triunfo en Ávila
Hugo y Gemma son unos apasionados de la danza desde la niñez. Gemma comenzó a bailar en el estudio de Sandra con cinco años y con cuatro Hugo robó a su hermana el regalo que le había hecho su abuela: un vestido de flamenco y unos tacones. “Empecé a bailar y a dar golpes en el suelo, me miré en el espejo y me encantó”, recuerda Hugo.
Ambos llevan más de una década perfeccionando su técnica en las clases de Sandra y en las de la escuela de danza del Gobierno de Navarra, a finales de mayo concursaron por primera vez en Vive tu sueñoy demostraron su arte ante miles de espectadores. “Nuestro objetivo era bailar una coreografía que conmoviera al público y al jurado”, relata Hugo.
Vaya si lo consiguieron. Cuando terminaron la actuación, el jurado gritó “qué bueno”, les comunicó que habían ganado y los pamplones se miraron, se abrazaron y se pusieron a dar saltos de alegría. “Son tantos años de trabajo para que pase algo así que nunca crees que vaya a llegar”, expresa Gemma.
Los dos bailarines dedican la victoria a su profesora. “Estamos muy agradecidos porque confía en nosotros y siempre lo da todo para que salgamos adelante”, halagan. “La pasión es lo que les hace triunfar”, responde Sandra.
Las buenas noticias se suceden porque ambos han sido admitidos en el Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma de Madrid. “Es mi sueño”, confiesa Gemma.
Su “plan A” es convertirse en una bailarina profesional, pero, por si acaso, también tiene un plan B. “En septiembre comenzaré el grado universitario de Lenguas Modernas porque me encantan los idiomas”, indica Gemma, que a sus 18 años ya se ha sacado un C1 de inglés y francés.
Hugo reconoce que es un “lujo” haber entrado al Mariemma y Sandra espera que sus dos joyas, que a finales de junio abandonan el estudio de flamenco, no se olviden de ella. “Cuando vuelvan a Pamplona a ver a sus padres me tendrán que hacer una visita”, bromea.
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