Después de los argumentos esgrimidos por las formaciones políticas, asociaciones memorialistas o sindicatos, faltaba por escuchar la opinión de los arquitectos, pieza fundamental en lo que le suceda al edificio de los Caídos porque serán ellos quienes deban presentar las propuestas al concurso de ideas que abrirá el Ayuntamiento de Pamplona para resignificar el monumento franquista y ejecutar la que resulte elegida.

Ya se convocó un concurso similar en 2019, cuando se seleccionaron siete propuestas (seis abogaban por la reforma y uno por la demolición), pero las pautas fijadas en el acuerdo entre EH Bildu, PSN y Geroa Bai han cambiado el escenario.

Este fue uno de los principales asuntos tratados en la mesa-debate organizada este martes por el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro (COAVN), donde la mayoría de los participantes se mostraron partidarios de que el Ayuntamiento tenga en cuenta las propuestas ganadoras en aquel concurso de ideas en lo que se vaya a hacer ahora.

Dos de los arquitectos que entonces resultaron seleccionados fueron los más explícitos en la reclamación. Óscar Ongay, del proyecto Civitas, y Jokine Crespo, del proyecto Árbol de la Memoria, lamentaron que el concurso de ideas de 2019 no tuviera una conclusión y mostraron su sorpresa de que el Ayuntamiento plantee convocar otro similar en estas circunstancias.

“Hay mucho trabajo detrás de que lo se presentó y no tuvo resultados de ningún tipo” señaló Ongay, mientras que Crespo lamentó que “nadie tuvo en cuenta aquellos trabajos, no tuvieron divulgación. Se expusieron unos paneles y luego se metieron en un cajón”.

La opinión fue secundada por la mayoría de los arquitectos presentes, incluido el presidente del COAVN, Santiago Iribarren, que presentó el acto.

El moderador fue Javier Torrens y hubo una nutrida representación de cargos municipales de Pamplona, como el teniente de alcalde Joxe Abaurrea, junto a los socialistas Marina Curiel y Xabier Sagardoy, Txema Mauleón (Contigo-Zurekin), los regionalistas Juan José Echeverría y Aitor Silgado; y Carmen Alba, de PP.

Ante medio de centenar de asistentes, casi todos arquitectos, la mesa-debate puso de manifiesto las diferentes posturas que provoca este edificio y los enfoques distintos que los profesionales proponen sobre su futuro.

Comenzó por una breve introducción de Iribarren para destacar el valor de los arquitectos y arquitectas, “que son los que por profesión proyectan edificios y espacios públicos”, y recordar que el de los Caídos, para “bien o para mal”, forma parte del paisaje urbano de la ciudad.

Edificios en el comunismo, nazismo y fascismos

El evento continuó con una detallada exposición sobre el destino de algunos de los edificios más icónicos de las dictaduras europeas del siglo XX, para lo cual Torrens mostró varios ejemplos de esculturas o edificaciones construidas en la Unión Soviética comunista, la Alemania nazi o durante los fascismos de Italia y España (aunque alguna fue derruida, la mayoría se conservan).

Sobre el acuerdo para resignificar el edificio de Pamplona, el moderador consideró que las instituciones deben decidir sobre el uso de los espacios, pero que el resto corresponde a los profesionales. “No tiene sentido que se diga a un arquitecto cómo resolver una actuación, se puede dar alguna directriz, que se intente olvidar lo que era, pero decir que se tape una cosa es un despropósito” indicó Torrens en alusión al cubrimiento de la cúpula que se recoge en el acuerdo.

“Es imposible resignificar una cosa así. No puede ser lugar de memoria. Se pueden hacer dos cosas: derribar o iniciar un camino tortuoso que hace la ley del tripartito"

Enrique Miranda - Arquitecto

El primer asistente en tomar la palabra fue Enrique Miranda, que comenzó su intervención criticando precisamente la elección de Torrens para presentar la charla y anunció su intención de presentar una propuesta para que el Colegio de Arquitectos se disculpe por su participación directa en la construcción del citado monumento. “Es imposible resignificar una cosa así. No puede ser lugar de memoria. Se pueden hacer dos cosas: derribar o iniciar un camino tortuoso que hace la ley del tripartito. Yo estoy claramente a favor de su derribo”.

Otro arquitecto, Roberto Urtasun, aseguró que lo más importante es saber qué se podrá hacer dentro del edificio y mostró sus dudas de que se pueda cubrir la cúpula como se detalla en el acuerdo político firmado por las tres fuerzas. “Las 48 propuestas dedicadas al tema dan suficiente” comentó en referencia al concurso de 2019.

“No se resolvió el primero y en las 49 propuestas había soluciones. Hay soluciones. Me parece una banalidad convocar otro concurso con el esfuerzo que representa para el colectivo"

Fernando Abad - Arquitecto

Sobre la cúpula, copia exacta de la iglesia de mármol de Copenhague, Marta Ciganda destacó el valor que representa y la llegó a comparar con el Duomo de Florencia (catedral de Santa María del Fiore). También reclamo una consulta ciudadana sobre la decisión que se adopte.

Fernando Abad, por su parte, criticó que se convoque un nuevo concurso de ideas. “No se resolvió el primero y en las 49 propuestas había soluciones. Hay soluciones. Me parece una banalidad convocar otro concurso con el esfuerzo que representa para el colectivo. Nadie valora el esfuerzo, con 49 propuestas, 49 equipos, con mucha gente y de 2 a 2,5 millones de euros de coste. Tirarlo a la basura, cuando está sin resolver y volver a convocar otro es un sinsentido cuando a lo mejor hay 49 trabajos para valorar con otra perspectiva” señaló Abad, quien restó cualquier valor arquitectónico al edificio de los Caídos: “No aporta nada, no vale nada”.

Raúl Montero, miembro de la junta del COAVN, se declaró “decepcionado” por el resultado del concurso de ideas de 2019 y abogó por “resignificar el edificio desde el uso” con propuestas innovadoras y pensadas para la juventud.

Consideró que el acuerdo político alcanzado “no va a ningún sitio imponiendo condiciones” y reclamó reestudiar las 49 propuestas y “hacer un grupo de trabajo”.

Patxi Chocarro también consideró que un mausoleo como el de los Caídos no es posible resignificar y también planteó algunas propuestas originales para el futuro edificio, como habilitar en su interior un rocódromo.

"Me parece un horror. Está vacío. Arquitectónicamente no vale nada, pero somos muy dados a conservar lo viejo”

Raúl Belloso - Arquitecto

Joaquín Garralda consideró necesario trasladar el debate al terreno urbanístico y analizar el desarrollo de la zona sin las actuales arquerías y los bloques anexos.

Raúl Belloso también destacó el nulo valor del edificio, “es irresignificable. Me parece un horror. Está vacío. Arquitectónicamente no vale nada, pero somos muy dados a conservar lo viejo”. Víctor Otero. por su parte, cree que el edificio irá perdiendo sus connotaciones ideológicas con el paso del tiempo.

Otro arquitecto de la junta, Guillermo Garbisu, solicitó que haya un consenso amplio antes de tomar una decisión y consideró necesario que el Ayuntamiento tome en cuenta las siete propuestas.

Visita de los parlamentarios este martes al edificio, donde son visibles en su cúpula los dibujos y arengas franquistas Javier Bergasa

El último arquitecto en intervenir fue Fernando Tabuenca, que fue el único, junto a Ciganda, en destacar el valor arquitectónico del edificio: “Ya no es un mausoleo”.

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Intervinieron dos representantes de los colectivos memorialistas, Joaquín Iraizoz y Jokin Elkarre, y el concejal Txema Mauleón, favorable a la demolición, quien aseguró que “no podemos comparar edificios civiles con apología, porque este edificio se asemeja a una estatua en honor a Franco”.

También lo hizo Joxe Abaurrea, quien destacó el resultado del concurso de 2019 y aseguró que la opinión del Colegio será tenida en cuenta. “Hay un cariño por la arquitectura como lo demuestran los concursos de ideas que tenemos abiertos en el paseo de Sarasate, San Jorge, Lezkairu o el centro de interpretación de la pelota. Se hará bien, pero hay que recordar que no es una decisión del Ayuntamiento, fue un acuerdo político entre tres formaciones”.