Son unos gitanos de órdago. A juego, de mano y con 37. Así se llevaron el último chico del XIII Máster Nacional de Mus celebrado entre el 28 de noviembre y el 1 de diciembre en Gandía. Andoni Echeverría y Rubén Jiménez, vecinos de San Jorge y Etxabakoitz de 26 y 23 años, se impusieron a 319 parejas del Estado para traer por primera vez a Navarra el título de campeones.
Lo hicieron a ocho reyes, modalidad a la que no habían jugado nunca, tras perder las dos primeras partidas –solo les quedaba una vida– y ganar después 13 consecutivas. Son los Gipsy Kings del mus, como acreditan sus txapelas, trofeos y 5.000 euros “por jugar al mus”, se sorprende Rubén.
“Nosotros íbamos a disfrutar de la experiencia, la verdad. A pasarlo bien, a jugar unas partidas como con nuestros amigos, estar con todos a gusto... Todos van a ganar, era muy difícil, casi imposible”
“Nosotros íbamos a disfrutar de la experiencia, la verdad. A pasarlo bien, a jugar unas partidas como con nuestros amigos, estar con todos a gusto... Todos van a ganar, era muy difícil, casi imposible”, afirma Andoni. “Es que en nuestra cabeza no dices, ‘voy a ir y me lo voy a llevar’. ¿Quién piensa eso?”, añade Rubén, que apunta a una de las claves de su victoria: “Jugar con tensión no te divierte. Y el mus es para divertirse”.
Medio en broma medio en serio, Juanjo Cobos, presidente de la Asociación Navarra de Mus Cuatro Reyes Cuatro Ases que también participó en el torneo, pone sobre el tapete un argumento similar: “Me han dicho que ganaron por inconscientes”.
Andoni y Rubén se conocen de toda la vida. “Los antepasados seguro que son familia”, aseguran. El primero domina el juego desde bien pequeño. “Lo he mamado en casa. No me enseñó nadie, aprendí viendo a mi abuelo, a mis tíos...”. Más de lo mismo con Rubén, que ya traía de casa la afición “y de ahí palante con todos los chavales, a echar partidas”. Los dos han debutado como pareja este 2024, “y también es el primer año en el que jugamos este tipo de torneos. Nosotros siempre con gitanos”, cuentan.
El torneo
Conviene aportar algunos datos para poner en contexto el valor de esa txapela que ha venido a Pamplona. Las 320 plazas del Máster Gandía 2024 se decidieron tras 645 torneos clasificatorios repartidos por toda España en los que participaron 21.260 parejas, algunas repetidas porque jugaron varios torneos.
En Navarra, 1.537 parejas disputaron 32 torneos para hacerse con una de las 12 plazas que daban derecho a presentarse en Gandía. Andoni y Rubén se clasificaron en el premáster, torneo a modo de repesca que otorga los dos últimos pases para los segundos, terceros y cuartos que no han logrado previamente plaza directa.
Con ese pase de última hora aterrizaron Rubén y Andoni en Gandía. El jueves la cosa empezó fea: “Perdimos las dos primeras partidas porque no nos enterábamos. Nos dieron un repaso. Dábamos mus y sin enterarte te habían sacado 12-15 piedras. A ocho reyes al final te entra mucha carta. Todo el rato veías 31, es el juego que más te entra”, resume Rubén. “Nos echaban y enseguida a querer. Luego ya aprendimos”, añade Andoni.
Antes de retomar el torneo, el viernes por la mañana estuvieron dos horas a remojo en el jacuzzi del hotel, de charla con otros participantes que les dieron algún consejo para jugar a ocho reyes. “Si la mano se da mus, hay que cortar”.
Aprendieron rápido y decidieron emular a la pareja de Bizkaia que en el Máster celebrado en Vigo en 2017 también perdió las dos primeras partidas y acabó llevándose el torneo. “Íbamos pasando de ronda y todos nos contaban eso. Así que nosotros decíamos, ‘vamos a hacer la de Vigo”, recuerdan.
Se pusieron en modo apisonadora. Poco farol con la pareja Echeverría Jiménez. “Yo estaba muy tranquilo, como si estuviera aquí tomando un café. Y todos los que entraban venían con miedo porque sabían que enseguida levantábamos las cartas”, explica Andoni.
“Es que jugamos locos. En la final levantó con dos seises un órdago a pares, y les pasábamos dos amarrecos. Perdimos ese chico. Pero por eso la gente entraba con miedo, no se pegaban ni una. Estaban calmados, tranquilos. Se ve que la gente iba diciendo, tened cuidado con estos, que a la mínima te levantan. La gente entraba a la piedra, no se pegaban ni una”, dicen.
“No éramos conscientes de lo que nos jugábamos. Porque cuando jugamos la final es como que no te pones serio. Yo he echado partidas en un bar para jugarte 4 cafés más en tensión"
“No éramos conscientes de lo que nos jugábamos. Porque cuando jugamos la final es como que no te pones serio. Yo he echado partidas en un bar para jugarte 4 cafés más en tensión. No sé si era por el subidón que llevábamos...”, se pregunta Rubén. “Y que empezamos a cervezas y yo estaba ya que me daba igual quién entrara. Que vayan pasando, estábamos así”, añade Andoni. “Yo creo que fue de la moral que teníamos. Que se sienten diez más, que a los diez les vamos a dar vuelta al aire”, dice Rubén.
Los dos recuerdan el buen ambiente de un torneo en el que “toda la gente iba con nosotros, todos a favor. Y de todos los lados”. No han vuelto a tocar las cartas –ofertas les sobran porque todos quieren batirse con los campeones– y están deseando que llegue este fin de semana. Juegan en Bilbao el VI Txapeldun de Txapeldunes con 64 parejas con títulos en 2023 y 2024. “Aún no sabemos lo que hemos hecho. A ver qué viene ahora”.