El Pleno del Ayuntamiento de Pamplona ha celebrado este jueves el primer debate desde que hace tres semanas se anunciara el acuerdo entre EH Bildu, PSN y Geroa Bai para la reforma del monumento a los Caídos.
La iniciativa ha correspondido a los grupos municipales de UPN y PP, que han presentado dos declaraciones para criticar las formas y el fondo del acuerdo.
Ninguna ha prosperado y el debate tampoco ha deparado demasiadas sorpresas porque los posicionamientos son de sobra conocidos, pero al menos ha servido para fijar las posturas de cada formación ante el nuevo escenario abierto.
Tapar por completo la cúpula del edificio, desaparición de las criptas en las que estuvieron enterrados los golpistas Mola y Sanjurjo, la demolición de las arquerías exteriores y la creación de un centro de denuncia del fascismo y por la memoria democrática, que se denominará ‘Maravillas Lamberto’, símbolo de la barbarie franquista, son los elementos más importantes que contempla el proyecto para resignificar el monumento a los Caídos.
El proceso será largo. Primero en el ámbito parlamentario, ya que precisa de un cambio legislativo en Ley Foral 33/2013; y después en el ámbito municipal, con un expediente que concluirá con la convocatoria de un concurso de ideas con los condicionantes que recoge el acuerdo entre las tres formaciones.
María Caballero, contra el PSN
La regionalista María Caballero ha sido la encargada de defender los argumentos de su formación, que básicamente se han convertido en un ataque sin contemplaciones a los socialistas como viene sucediendo desde la moción de censura.
Apenas ha hecho referencia al proyecto para reformar los Caídos, más allá de criticar el acuerdo que ha calificado “de sectario”, y ha vuelto a aludir a la violencia de ETA en un intento de cuestionar el acuerdo sobre la resignificación del monumento.
“Está hecho a medida de los herederos de ETA y es una vergüenza porque todavía no han denunciado los más de mil asesinatos de ETA” ha indicado la edil de UPN.
Carlos García Adanero, del PP, ha defendido la conveniencia de presentar esta propuesta porque la decisión corresponde al Ayuntamiento. “Va contra la convivencia. El tema hay que debatirlo aquí. Con este acuerdo están dividiendo a la ciudadanía y se puede crear un problema de convivencia a la larga. Es una barbaridad”.
La postura más discrepante ha procedido del único representante de Contigo-Zurekin, Txema Mauleón, que ha vuelto a defender la demolición del monumento con el argumento de que es imposible su resignificación y ha lamentado que no se haya tenido en cuenta a las asociaciones de la memoria.
Por parte de EH Bildu, Joxe Abaurrea ha defendido el acuerdo porque de lo contrario el edificio habría seguido de la misma manera durante muchos años y ha garantizado que el resultado será de calidad: “Se derriba parcialmente, pero será un derribo absoluto de su significado” ha comentado Abaurrea, quien ha confirmado que la decisión final corresponderá a la ciudadanía.
Marina Curiel, del PSN, ha defendido el acuerdo como una necesidad para que no se olvide el pasado y como una reparación para las víctimas de la dictadura. “La población de Pamplona no quiere que todo siga igual. Frente a los discursos de la negación, la ciudad avanza. La memoria es un acto de justicia”.
Mikel Armendáriz, de Geroa Bai, ha asegurado sentirse orgulloso de un acuerdo que ha calificado de “histórico” y ha dado detalles de la negociación que permitió el consenso para la resignificación ante la imposibilidad de su derribo. “Su perpetuidad solo lo defiende la derecha, que no lo quiere tocar”.