La reforma y resignificación del monumento a los Caídos de Pamplona, en vía muerta de nuevo.

Otra legislatura que no ha servido para eliminar la simbología franquista del edificio que la dictadura levantó para honrar a los vencedores de la guerra civil.

La tarea sigue siendo una asignatura pendiente para la memoria histórica de la ciudad. Supone además un agravio para las víctimas, los represaliados y sus familias y una profunda decepción para los pamploneses que vieron en el Concurso de Ideas que puso en marcha el cuatripartito el mejor camino para transformar el edificio de una vez por todas.

Navarra Suma no está por la labor. En realidad nunca lo ha estado. Ni al principio, cuando puso toda clase de trabas al Concurso de Ideas antes incluso de conocerse las propuestas; ni después, al anunciar directamente que no las iba a tomar en consideración.

En la reunión de la Gerencia de Urbanismo celebrada la semana pasada, el equipo de Gobierno anunció que ya se había dado cumplimiento a la resolución judicial que obligó a paralizar el expediente, pero que no tiene la intención de volver a ponerlo en marcha.

Como se recordará, la suspensión del proyecto fue una decisión judicial después de que se presentaran dos recursos contra el Concurso de Ideas, del que salieron 7 propuestas ganadoras.

Los recurrentes argumentaron que el Ayuntamiento no había realizado una valoración individualizada de todas las propuestas presentadas al Concurso de Ideas, 48 en total, y que desconocían los motivos técnicos por los que habían sido descartados.

El juzgado de lo contencioso les dio la razón y ordenó al Ayuntamiento de Pamplona retrotraer las actuaciones al momento de la valoración de las propuestas, sin anular el procedimiento.

Para dar cumplimiento a las dos resoluciones dictadas al respecto en 2020 y 2021, ha sido necesario reunir de nuevo al jurado y detallar en un anexo los motivos para descartar a los 41 proyectos no seleccionados.

Cumplida la sentencia, el expediente vuelve al mismo punto que en marzo de 2019, cuando el cuatripartito dio a conocer las 7 propuestas seleccionadas.

Una vez desarrolladas a nivel de anteproyecto percibieron un premio de 25.000 euros cada una de ellas.

Seis apostaban por mantener el edificio resimbolizándolo y destinándolo en la mayor parte de las propuestas a usos sociales y culturales, mientras que uno emplaza a la demolición del mismo.

Navarra Suma descartó la opción del derribo desde el principio, con el argumento de que el edificio está protegido. Ahora ha anunciado que no tiene intención de seguir adelante con el proyecto, consciente de que la mayoría municipal reclama una reforma integral del edificio franquista que la derecha siempre ha rechazado.

Las intenciones de Navarra Suma pasan por meter en un cajón el proyecto de resignificación tras haber fracasado su intento de reformarlo por su cuenta.

Fue a finales de junio del año pasado, poco antes del inicio de las vacaciones, cuando el equipo de Gobierno anunció un proyecto para la adjudicación del contrato de redacción del proyecto de reforma del edificio de los Caídos y la reurbanización de su entorno urbano. El presupuesto era de 753.225 euros.

La operación se gestó en el marco del acuerdo que entonces mantenían Navarra Suma y PSN, sin contar con los grupos municipales de EH Bildu y Geroa Bai, que conocieron los planes del Ayuntamiento dos días antes de que fuera tratado en la Comisión de Urbanismo.

El expediente no llegó a ser aprobado. Los socialistas finalmente se echaron atrás, con una mayoría social claramente en contra y entre medio de reproches y acusaciones de los socios presupuestarios.

Para Navarra Suma fue culpa de las fuertes presiones que sufrió el grupo municipal del PSN, que a su vez acusó al equipo de Gobierno de ignorar sus condiciones sobre la resignificación del edificio, que incluían la creación de una mesa de expertos.

La actuación que planteaba el Ayuntamiento comprendía el propio edificio y sus arquerías laterales, la plaza de la Libertad con sus viales colindantes, el parque de Serapio Esparza y la conexión con la rotonda de la calle Monjardín.

Con respecto al edificio, el Ayuntamiento pretendía transformarlo manteniendo su uso de dotación pública cultural. Por lo que se refiere específicamente al monumento, Navarra Suma exige que las propuestas deberán ser coherentes con la catalogación del edificio y preservar la unidad del espacio circular central, manteniéndolo como espacio principal del edificio.

La mayoría municipal siempre ha rechazado la transformación del edificio del Monumento a los Caídos planteada por Navarra Suma, que contemplaba de habilitar un espacio multiusos y mantenerlo como sala de exposiciones.