La antigua estación de autobuses acoge este fin de semana a 27 negocios artesanales que reivindican el producto local y de calidad. El Mercado de Artesanía de Geltoki celebra este año su quinta edición apostando por emprendedores de kilómetro 0. Una jornada amenizada con sesiones de música en vivo que ha atraído a cientos de pamploneses a consumir de manera responsable y que continúa mañana de 11:00 a 14:00 horas.
Hoy a las 11:00 horas, el mercado ha abierto sus puertas bajo el sonido de Cumbias amazónicas por Dj Maisa. Dentro de la antigua estación, junto al parque infantil, diverso productos “únicos y muy especiales” han llamado la atención de los primeros compradores. La variedad y originalidad han sido el sello personal de estos artículos.
El mostrador de Inés Alba ha exhibido menaje de cerámica, papelería e ilustraciones. La mesa de Megan Carys Metalworks ha presentado bisutería de plata; la de Haize eroa cosméticos de origen natural; Kapalilua ha vestido a sus clientes con prendas vistosas e inspiradas en elementos rurales; y Derua ha complementado con sus productos textiles como mochilas, neceseres o coleteros.
Entre la casi treintena de negocios del mercado, se encuentra Irmas. Para las gemelas Eva y Ana Callejas, propietarias de esta marca de bisutería, ha sido la primera vez en este mercado. Este proyecto nació hace un par de años como fruto de un hobby que – después de muchas demandas de sus amigas – se convirtió en negocio. Para las hermanas el desafío de su marca se encuentra en la innovación constante.
“Sacas una colección y a los tres meses la gente te pide otra diferente”, confiesa Ana. Además, la creación es otra de las dificultades a las que tienen que hacer frente. Por ello, la visibilidad en este tipo de jornadas es fundamental para equilibrar el trabajo duro que el producto local exige. Sin embargo, las grandes ventas no son el objetivo de las hermanas. “A mí lo que me emociona es, sobre todo, ver la reacción de la gente”, expresa Eva. “Lo bonito es que hay alguien detrás, ahí está lo humano”, añade Ana.
“Lo bonito de estos negocios es que hay alguien detrás, ahí está lo humano”
A pesar de la pasión que las gemelas despiertan por su negocio, ambas reconocen “que es difícil vivir de esto”. Así, aunque Ana trabaja en el mundo audiovisual y Eva es fisioterapeuta, las hermanas siempre intentan apoyar el consumo de pequeñas marcas que necesitan de su compra para subsistir.
De esto saben bien Eduardo Brun y José Serrano, artesanos a cargo del puesto Forjas Brun. Este negocio proviene de toda una tradición familiar comenzada en 1772, en la que Eduardo conforma la séptima generación. Este izurdiagarra lleva “toda la vida” tras el dominio de la forja. “En Navarra quedamos cuatro, que lo que hacemos es sobrevivir”, confesó Eduardo.
Así, su negocio ofrece cursos, realiza exhibiciones, excursiones, visitas, que junto al producto exhibido en su taller en Izurdiaga, les permite aguantar. Eduardo reconoce“que es una pena que se vayan perdiendo este tipo de negocios”, y aunque comprende que la gente apueste por lo económico, también considera que su producto “les va a durar toda la vida”.
A Kattalin Barber, propietaria de Herbaria, también le inspiró su pasado. Nacida en el Valle De Arce, Kattalin comenzó hace cuatro años con este proyecto de papelería, cuadros y artículos hechos con plantas silvestres recogidas y procesadas con sus propias manos.
Para ella "este mercado es una oportunidad de poner en valor lo que se crea en Navarra para poder continuar con este tipo de proyectos artesanales y con tanto mimo”. Un trabajo muy “delicado”, pero también “muy bonito”, admite Kattalin, para quien “el contacto directo con la gente” es su parte favorita de Herberia.
"Este mercado es una oportunidad de poner en valor lo que se crea en Navarra para poder continuar con este tipo de proyectos artesanales y con tanto mimo”
Una entrega, cuidado y dedicación con la que estos 27 artesanos se han ganado la confianza del público. La mayoría de navarros que se han acercado a estos comercios han querido defender la importancia de apoyar los negocios más rurales y auténticos, además de aprovechar para realizar los últimos –o primeros – regalos de Navidad. María Solá, concienciada de este tipo de mercados, confiesa que “prefiero poco y bueno que mucho y malo”. “¿Para qué quieres comprarte unas magdalenas industriales pudiendo comer un bizcocho casero?”, bromea María.
Una venta de calidad artesanal que se inauguró la tarde del viernes y permanecerá mañana desde las 11:00 hasta las 14:00 horas al ritmo de Dj Budin.