En 1978 y más concretamente el 6 de agosto, fecha en que se obtuvo la foto, Pamplona tenía aún abiertas las heridas recibidas apenas un mes antes, cuando en los Sanfermines de aquel año se produjeron los incidentes que causaron docenas de heridos y la muerte del joven pamplonés Germán Rodríguez Sainz. La enorme polvareda levantada por aquellos hechos seguía marcando la actualidad en las tertulias y los periódicos locales.
La fotografía muestra una vista muy veraniega de aquella zona. Vemos al fondo las altísimas torres de Huarte, que por aquel entonces reinaban en el entorno, y dos de las últimas casitas del viejo barrio, de las cuales la primera, junto al enorme olmo, era la vaquería de Paco Asiain. Delante han aparcado un Citroën 2 CV y un Seat 600, y ante ellos pasa una amatxo joven, empujando una silleta y ataviada con un veraniego vestido de color claro. Marcha en dirección a la Vuelta del Castillo, que distinguimos al fondo.
Hoy en día la zona ha cambiado profundamente, y tan solo las dos torres que los arquitectos Redón y Guibert levantaron hacia 1967-69 certifican la correspondencia de ambas imágenes. Como suele ser habitual, el Comité de Sabios del barrio de Iturrama, compuesto por mis amigos Josico García y Mari Ganuza (un abrazo a ambos), me facilita todo tipo de detalles sobre la zona, como por ejemplo que en la casa grande de primer término vivieron Emilio Tazón y más tarde su sobrino Calixto Arbizu, y que en el 2º piso habitaban las familias Cervantes y Romeo. Vaya memoria que tienen estos sabios…
Para terminar, diremos que sí que hay una cosa que no ha cambiado en absoluto en los 47 años transcurridos entre ambas fotos, y es que, todavía hoy, desconocemos la verdad de lo ocurrido en aquellos terribles Sanfermines de 1978. Nadie fue condenado por la muerte de Germán, porque nadie fue juzgado, ni acusado, ni siquiera identificado por haberla causado.