1.076 dependientes de Pamplona reciben una ayuda económica por los cuidados familiares en sus domicilios
El Ayuntamiento de Iruña ha puesto en marcha ‘Scipio’, un programa que asesora a las 183 personas y sus cuidadores que se beneficiarion por primera vez de la prestación en 2024. Esta semana ha arrancado en Txantrea e Iturrama
En Pamplona hay 3.410 ciudadanos reconocidos como dependientes –1. 269 hombres y 2.141 mujeres– y 1.076 –el 31,5%– reciben las ayudas para la permanencia en el domicilio de las personas dependientes (ADD), una prestación económica que compensa los cuidados y apoyos que les prestan sus familiares en sus domicilios.
De esos 1.076 ciudadanos, 183 se beneficiaron de esta cuantía por primera vez en 2024 y el Ayuntamiento de Pamplona ha puesto en marcha el proyecto piloto Scipio –bastón en latín– para apoyar, asesorar y orientar a estas personas dependientes y a sus familiares, que a veces carecen de los conocimientos necesarios.
“Muchos dan lo mejor de sí y ponen toda la voluntad del mundo, les cuidan lo mejor que pueden para que permanezcan el mayor tiempo posible en casa y evitar el desarraigo; peroen ocasiones no tienen la formación específica para garantizar una atención óptima. El objetivo es mejorar la calidad de vida de la persona dependiente, la de su familia y su entorno”, defiende Juan José Gómez, responsable de Autonomía en el Área de Acción Social del Ayuntamiento de Pamplona.
El 74% de los beneficiarios de Scipio, 137 de las 183 personas, presentan un grado de dependencia moderado. Estos ciudadanos necesitan ayuda, al menos una vez al día, para realizar actividades básicas de la vida diaria o requieren apoyo intermitente o limitado para su autonomía personal. La mayoría de estos ciudadanos viven en Iturrama (24), Txantrea (20), San Juan (20), Ensanche (14) y Rochapea (13).
El 20% de los usuarios de Scipio, 36 personas, cuentan con una dependencia severa –precisan de ayuda dos o tres veces al día para realizar actividades cotidianas, pero no requieren del apoyo permanente de un cuidador– y los 10 ciudadanos restantes son grandes dependientes: personas que por su pérdida “total” de autonomía física, mental, intelectual o sensorial necesitan el “apoyo indispensable y continuo” de un cuidador.
Scipio comenzó a actuar esta semana –se realizó el primer contacto telefónico– con la decena de grandes dependientes y las personas con dependencia moderada de Iturrama y Txantrea por ser los dos barrios con mayor número de casos y zonas que aglutinan distintos perfiles socioeconómicos.
“Queremos ver si las necesidades de los familiares y las personas dependientes son las mismas o varían según el nivel socioeconómico”, explica.
Tres trabajadoras del Servicio de Atención a Domicilio (SAD) del Consistorio se encargarán de las labores de asesoramiento, apoyo y orientación. “Son profesionales con una dilatada experiencia y saben transmitir su conocimiento a los familiares y al dependiente”, destaca.
Estas empleadas se encontrarán con personas que recientemente han sido reconocidas como dependientes, muchas aún estarán asimilando esta dura realidad –quizás alguna sea reticente a este servicio inicialmente porque es muy difícil admitir que se necesita ayuda en el día a día– y con familiares “que no han tenido tiempo para situarse” ni para adquirir los conocimientos básicos de cuidados.
“Les cogemos en el momento que más ayudan necesitan. Las trabajadoras familiares tienen un papel muy importante de contención emocional, de escucha activa, de acompañamiento, de autocuidados y de potenciar lo que las personas dependientes siguen pudiendo hacer”, detalla.
La actuación se basará en el Modelo de Atención Integral centrada en la Persona, la autonomía del usuario se respetará y se “adaptará a cada momento vital” y el apoyo se centrará en cuatro ámbitos.
Atención personal –cuidados de higiene y aseo, movilizaciones y transferencias en camas y asientos, desplazamientos dentro y fuera del hogar o supervisión de la ingesta de alimentos–, socio-sanitario –cambios posturales, higiene de personas encamadas, administración de la medicación, tratamiento de úlceras–, psicosocial y educativo –fomento del autocuidado y de la autonomía, educación en hábitos saludables o adecuación del domicilio para minimizar las situaciones de riesgo– y medidas enfocadas en el cuidador: escucha activa, acompañamiento emocional o la prevención de lesiones, estrés y sobrecarga.
Estas actuaciones se realizarán en el domicilio, las visitas –no hay un número establecido– se complementarán con llamadas telefónicas y las trabajadoras adaptarán su orientación a las necesidades y demandas particulares de cada caso.
Más allá de apoyo, asesoramiento y orientación referida a los cuidados, las trabajadoras familiares informarán a las familias sobre recursos de carácter institucional (el Centro de Productos de Apoyo, talleres organizados desde la Escuela de Salud de Navarra) o de carácter comunitario, como actividades Redes de Mayores de Pamplona, entidades de voluntariado, entidades de préstamo de ayudas técnicas y productos de apoyo.
El proyecto piloto finalizará el 31 de diciembre, antes de final de año se podría ampliar a otros barrios como San Juan –Scipio podría llegar a ayudar a los 1.076 pamploneses que reciben la prestación– y Juan José defiende que se debe seguir potenciando los cuidados porque la dependencia es una realidad al “alza e irreversible”.
Juan José explica que longevidad y dependencia están estrechamente relacionados, recuerda que la esperanza de vida en Navarra es de las más altas a nivel mundial –81,5 años los hombres y 86,67 años las mujeres y los estudios pronostican que en 2034 será de 83,5 y 87,1 respectivamente– y el año pasado se reconocieron a 18.922 ciudadanos con dependencia en la Comunidad Foral, el máximo histórico, un 4,7% más que en 2023. El colectivo continuará creciendo y, según las estimaciones del INE, en 2037 serán más de 22.500.
Las cifras
1.076
Total En Pamplona, 1.076 personas reciben las ayudas económicas para la permanencia en el domicilio de las personas dependientes, una prestación económica que compensa los cuidados y apoyos que les prestan sus familiares.
580
Moderada 580 de estas 1.076 personas –más de la mitad– tienen un grado de dependencia moderado. La mayoría de estos ciudadanos viven en Iturrama (90), Txantrea (71), San Juan (70), Ensanche (61), Rochapea (60) y San Jorge (54).
31,5%
Severa El 31,5% de los beneficiarios de esta ayuda económica, 339 personas, cuentan con un grado de dependencia severa. Los barrios con mayores casos son: San Juan (53), Txantrea (49), Iturrama (38), Ensanche (38), Rochapea (38), Milagrosa/Azpilagaña (25) y San Jorge (22).
157
Grandes dependientes 157 de las 1.076 personas son grandes dependientes. La mayoría de estos ciudadanos viven en los barrios de Iturrama (30), San Juan (21), Rochapea (20), San Jorge (16), Ensanche (16) y Txantrea (15).
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