Asiron, alcalde de Pamplona: “El acuerdo para la moción de censura hunde sus raíces en lo que pasó en 2015"
Joseba Asiron recuerda el día que accedió a la Alcaldía por primera vez y destaca el cambio que supuso para la ciudad
Este viernes se cumplieron 10 años de la sesión investidura que en junio de 2015 le otorgó la vara de mando de la ciudad por primera vez. ¿Qué recuerdos tiene de ese día?
Fue un día en todos los sentidos inolvidable. Cuando me suelen decir que no he tirado el Chupinazo respondo que aquello para mi fue un Chupinazo en primera persona. Fue tomar conciencia de que aquello no era un cambio de trabajo o de profesión, era un cambio de vida. Fue asomarme a la ventana y ver toda aquella gente allí congregada, en algunos momentos coreando mi nombre, que me dije ‘hostia, Asiron, cómo te has complicado la vida’.
El cambio fue brutal, totalmente inesperado, porque poco después Uxue Barkos fue nombrada presidenta de Navarra.
Fue una época inolvidable y en muchos sentidos el cambio de 2015 sentó los cimientos para todo lo que ha venido después. Estoy convencido que el acuerdo para la moción de censura de finales de 2023 hunde sus raíces más profundas y sus cimientos en lo que pasó en 2015. Lo que ocurre es que 2015 fue un choque, fue un golpe incluso mediático y supuso la colisión entre dos maneras de entender la política, el Ayuntamiento y Pamplona. Y ahora, en cambio, está siendo otra cosa. Lo que ha habido ahora ha sido realmente un cambio de paradigma político, lo que ha permitido que estén avanzando las cosas gracias al entendimiento entre diferentes, algo que en 2015 parecía imposible.
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"Este alcalde nunca quiso ser otra cosa, ni soñó ni ambicionó ser otra cosa que profesor y ahora mismo soy el segundo mayor del salón de plenos"
¿Quién le iba a decir que 10 años después se encontraría en el mismo sitio que entonces?
Ni yo mismo lo hubiera pensado nunca. Es una de las grandes lecciones que suelo comentar a la gente cercana, que no sabes lo que te va a traer la vida. Con 53 años que tenía en aquel momento, en la ikastola, con mi primer y único puesto de trabajo, me veía jubilándome en la ikastola y además feliz de la vida en la enseñanza. Nunca pretendí ser otra cosa que profesor. Este alcalde nunca quiso ser otra cosa, ni soñó ni ambicionó ser otra cosa que profesor y ahora mismo soy el segundo mayor del salón de plenos detrás de Juan José Echeverría (concejal de UPN). Fíjate.
Con la experiencia de estos 10 años, ¿le habría gustado haber comenzado antes en la política?
No, ha estado bien. Sé que he empezado tarde y que es conveniente empezar antes, pero cuando vine al Ayuntamiento me traía un bagaje irrenunciable de lo que es la vida, de las cosas que son realmente importantes, que es una receta fundamental viendo las cosas que vemos hoy en día en la política.Lo que me trajo a la política no es el deseo de hacer una carrera o labrarme un futuro, porque eso ya lo tenía hecho y estaba muy satisfecho en la enseñanza. A mí me trae a la política una vocación de servicio. Y en aquel momento supuso un sacrificio a nivel a nivel personal y ahora mismo también lo sigo concibiendo como un servicio.
¿Qué lección extrajo de su primer mandato?
Muchas. Una de ellas sobre los ritmos, porque es cierto que las legislaturas son cortas, pero hay que medir muy bien los tiempos y hay que saber buscar las sinergias y las empatías suficientes. De aquella época recuerdo la ilusión, el empuje, la fuerza de llegar por primera vez a gobernar una ciudad como Pamplona Y luego enseñanzas más profundas también, como por ejemplo que para gobernar hacen falta consensos. Pamplona es una ciudad muy diversa en lo político, no existen las mayorías absolutas y por lo tanto para gobernar aquí hace falta saber empatizar con quien piensa de otra manera. Y quien no entienda esa elección es mucho mejor que se haga a un lado y deje pasar al siguiente.
Fue un aprendizaje express.
Llegué directamente a la Alcaldía sin haber sido previamente concejal, algo totalmente desaconsejable, y tuve que aprender muchas cosas en poco tiempo. No conocía este ecosistema y es un hábitat complejo donde hay que saber muchas cosas y aprender muchas cosas. Ahora mismo ese bagaje ya lo tengo.
A nivel personal, ¿en qué ha cambiado?
Que soy 10 años más viejo y eso es bastante (se ríe). Sigo teniendo los mismos amigos de entonces, la misma cuadrilla, sigo haciendo las mismas 'cenicas' los viernes en una sociedad. No he cambiado de manera significativa mi manera de entender la vida. Lo que sí me gustaría es que me diera tiempo a coger una puerta giratoria, la única puerta giratoria que cogemos quienes pensamos como yo, que es para volver a la enseñanza, porque las puertas giratorias tendrían que volver a llevar al punto de partida.
El Presupuesto de Pamplona llega a 314 millones, el más alto de la historia, con el remanente
¿Es que es el último tramo de su carrera política?
Todavía estamos a mitad de la legislatura, falta mucho para terminar y falta lo más importante.
¿Tiene pensado continuar como número 1 de EH Bildu en Pamplona?
Para volver a presentarme tendrían que pasar varias cosas, una que el partido me lo pida, que los militantes me lo pidan y luego también en mi caso lo tendré que hablar con mi compañera Carmen y con mis hijos Mikel e Idoya. Es siempre una decisión compartida porque afecta a todos. Ahora mismo estoy cargadísimo de ilusión.
No paran de presentar proyectos desde que aprobaron el Presupuesto, en el mayor en la historia de la ciudad.
Hemos cogido velocidad y es el verdadero balance de la legislatura. Nos encontramos una ciudad absolutamente paralizada, sin capacidad de sacar proyectos adelante, donde solo contaban las fotografías y las poses y ahora Pamplona es una ciudad con velocidad de crucero.
“Está siendo duro para el PSOE, pero no tiene que afectar en nada a la gobernabilidad de Pamplona”
Hace 10 años no necesitó el voto de los socialistas para ser alcalde, pero en la moción de censura de diciembre de 2023 sí los obtuvo. Eso sí que fue un cambio.
Y se consiguió trabajando y llamando a muchas puertas. Probablemente sorprenderá a mucha gente, pero para mí hay un punto de inflexión y fue la famosa expresión del ‘Agur Asiron’. Podíamos habernos enfurruñado y convertirnos en una especie de enanito gruñón del Ayuntamiento, pero lo que hicimos fue justamente lo contrario, hacer el duelo en un fin de semana y al siguiente lunes venir aquí ya con la clave de que tenemos que hablar. Estando aquí Maite Esporrin se comenzaron a trenzar las sinergias, ciertas unidades de acción que en principio eran muy embrionarias pero que poco a poco han ido creando confianza en la relación.
El gobierno municipal, con sus aliados de Geroa Bai y Contigo-Zurekin, ha consensuado con el PSN los presupuestos y proyectos tan relevantes como Sarasate, Caídos, el Plan de Convivencia o el de Normalización Lingüística. Casi nada.
La relación con el PSN la defino como fluida e intensa. La radiografía de Pamplona nos dice que aquí no va a haber mayorías y que si quieres realmente gobernar con presupuestos aprobados, sacando adelante proyectos importantes, tienes que ser capaz de llegar a acuerdos con alguien que no piensa como tú y que en algunos casos incluso puede tener ideas muy opuestas. Con PSN, por ejemplo, en materia de políticas sociales no tenemos tanta distancia, pero en otras cuestiones sí, como en política lingüística. Si nosotros no tuviéramos esa capacidad de empatizar y de negociar, nos hubiéramos enquistado y nos habría pasado probablemente lo que le ha pasado a muchos gobiernos de UPN, que al final terminaban aislados, ensimismados y sin sacar un proyecto adelante.
¿Ha hablado con Marina Curiel, portavoz del grupo municipal socialista, tras conocerse la supuesta implicación de Santos Cerdán con el cobro de comisiones?
No he hablado con ella, sí lo han hecho desde mi equipo, pero todo llegará. Lo vimos en la rueda de prensa de la presidenta Chivite, que está siendo un momento duro para ellos.
¿Afectará a la gobernabilidad de Pamplona el tsunami que sacude al PSOE?
En absoluto, no tiene que afectar para nada. Aquí tenemos una manera de trabajar instalada que se basa en consensuar las cosas y las cuestiones internas de cada cual las tienen que solucionar ellos. Bastante tengo yo con gestionar la cocina de mi casa como para meterme en la cocina del vecino.
“A las fiestas de la Txantrea van mis hijos y no es agradable ver las pancartas, pero lo acepto con deportividad”
La diferencia de 16 votos contra 11 que refleja la actual corporación, ¿puede verse en peligro para la próxima legislatura ante las circunstancias actuales?
Creo que no. 16-11 es una mayoría muy cualificada. Pocas veces ha habido en este ayuntamiento tantas votaciones, tantas declaraciones, tantos proyectos sacados adelante con mayorías tan claras, Al final la radiografía electoral no se suele mover tanto y yo creo que hay un colchón más que suficiente.
¿Cómo se quedó al saber que había pancartas contra usted durante las pasadas fiestas de la Txantrea, acusándole de actuar como lo hacía UPN?
No son cosas agradables, a nadie le gusta. A las fiestas de la Txantrea van mis hijos y no son cosas agradables de ver, como cuando en 2015 tuve que aguantar scratches delante de mi casa. Somos personas, tenemos familia y sufrimos, pero también digo que son cosas que van inherentes al cargo de alcalde, que hay que aceptarlas y forman parte de lo que es la libertad de expresión. Es algo que va consustancial al ser alcalde de una ciudad que te da muchos privilegios y te da también algunas servidumbres. En este caso concreto lo acepto con deportividad y nadie me verá por ahí ir llorando de esquina en esquina porque han sacado una pancarta con mi cara.
Sanfermines a la vista
Aunque que se ha mejorado bastante, ¿hasta cuándo será necesario proteger con escudos y policías a una parte de la corporación durante la procesión del 7 de julio en la calle Curia?
Espero que sea cuanto antes. Hay un espacio para la crítica política también en San Fermín, siempre lo ha habido, pero eso nunca puede rebasar el límite del respeto y de la seguridad de las personas. No puede ser que haya gente, representantes municipales de cualquiera de las formaciones políticas de del Ayuntamiento de Pamplona, que se vean, que sientan la amenaza o los gritos o los insultos. Por ejemplo, el último año en Curia me tocó a mí también padecerlo en la parte alta de la calle, concretamente de ex cargos de UPN que estaban ahí arriba insultando y me parece algo absolutamente inaceptable. También le ocurrió a Marina Curiel, exactamente lo mismo y por parte de esas mismas personas. Eso no puede pasar, ni en un sentido ni en otro. Me ofenden tanto los gritos y los insultos que se prefieren contra mí, como los que se prefieren contra cualquiera de mis compañeros de corporación.
¿Podremos ver este año una procesión más tranquila?
Ya el año pasado vimos una procesión más tranquila y probablemente fue más tranquila que el año anterior y espero que con el trabajo y el apoyo de todos los compañeros y compañeras seamos capaces de transmitir a la sociedad, haciendo pedagogía, que es una de las cosas que tenemos que hacer desde las instituciones, que los Sanfermines nos pertenecen a todas y todos.
¿Cómo van los preparativos festivos?
Nunca te preparas del todo porque hay muchas cosas en San Fermín que generalmente salen bien, pero que pueden salir mal. Y entonces hay que estar en guardia y vigilante las 24 horas del día y todas las mañanas. Cuando me vienen a buscar para venir Al ayuntamiento, a una entrevista, a la procesión o hacer el recorrido del encierro, a cualquier cosa, la primera pregunta que les hago a mis compañeros de Policía Municipal es cómo ha ido la noche. Ser alcalde en San Fermín es muy bonito porque el Ayuntamiento es la institución más vieja de Pamplona y la que más encastrada está en San Fermín. Hay muchas cosas que se organizan y ser alcalde te permite ver esas cosas de los Sanfermines desde dentro. Es un privilegio, pero luego también, claro, supone una responsabilidad muy grande.