Es un oro reincidente. El pasado 5 de julio se coronó por segundo año consecutivo campeona de España sub’17 en la disciplina de escalada de velocidad. Lo hizo además con un tiempo de 8,79 segundos en las rondas clasificatorias, su mejor marca oficial en competición y un nuevo récord en la categoría a nivel estatal. La pamplonesa Haizea Pinto Ilincheta vuela de presa en presa sobre una pared vertical de 15 metros. Se impulsa y brinca a casi dos metros por segundo.

Haizea, campeona de España en edad escolar en 2024 y 2025 con la selección de Navarra, ha debutado con la selección española, con la que ha viajado a dos Copas de Europa en Italia y en Polonia. El próximo 3 de agosto se enfrenta a la misma pared en un reto de mayor envergadura: competirá en Helsinki en su primer Campeonato del Mundo juvenil de velocidad. “Estoy bastante nerviosa porque hay mucho nivel, pero creo que si consigo disfrutar y pasármelo bien las cosas saldrán”, explica la joven de 16 años. Su objetivo, reconoce, es “disfrutar y conseguir dar mi máximo y bajar de tiempo”.
“Estoy bastante nerviosa porque hay mucho nivel, pero creo que si consigo disfrutar y pasármelo bien las cosas saldrán”
El aterrizaje de Pinto en este mundo de rocódromos, magnesio y pies de gato fue pura casualidad. Comenzó a escalar con cuatro años porque sus padres la apuntaron a unos campamentos de verano en Rocópolis de Berrioplano. Así lo descubrió y ahí se prepara para Finlandia.
Le enganchó desde ese primer contacto, pero tuvo que esperar hasta los 7-8 años para acudir a extraescolares. Así siguió unos años. “Cuando nos enteramos de que se podía competir, hice las pruebas para la selección navarra y conseguí entrar con 13 años. Me gustaba mucho, entrené duro y comencé a competir en los Campeonatos de España”.
Primero en las disciplinas de bloque y dificultad. “Bloque es un muro de 4 a 5 metros de altura y consiste en llegar desde la presa de salida hasta el top. Hay que descifrar y buscar un método para llegar al top. Y dificultad que ya es más altura, se escala con cuerda y también consiste en llegar a la presa más alta. Es más de resistencia, y bloque de técnica y fuerza”, detalla.
También por casualidad –forzosa– descubrió la velocidad. “Empecé en los campeonatos navarros porque nos obligaban. Me gustó y poco a poco fui mejorando, hasta que en 2024 me decanté por esta modalidad”. Le gusta porque “es muy competitiva, pero a la vez tiene mucho compañerismo. Cada vez que competimos y bajamos, da igual que hayas perdido o ganado, siempre vas donde tu compañera y le das un abrazo. Y eso de enfrentarte con otra persona y que haya un pique, la verdad es que me gusta”.
"Cada vez que competimos y bajamos, da igual que hayas perdido o ganado, siempre vas donde tu compañera y le das un abrazo. Y eso de enfrentarte con otra persona y que haya un pique, la verdad es que me gusta”
El campeonato arranca con una práctica por cada calle a modo de calentamiento. “Ahí no te cogen tiempo. Luego empiezan las clasificatorias, donde tienes dos intentos para marcar el mejor tiempo, y con ese tiempo pasaríamos a octavos. Ahí sí que son carreras en las que te enfrentas con otra persona; te eliminas o sigues pasando de fase”.
Para subir usan un autobelay, “un sistema de seguridad que se va recogiendo sólo conforme vas escalando. Hace tiempo no existían, y tenía que haber tres personas, una escalando y dos sujetando la cuerda”. Y en el muro “cada uno busca la manera que mejor le viene para subir. Cuando empiezas es bastante diferente a cuando ya le has cogido un poco, porque en los pasos vas quitando presas, intentas hacerlo de la manera más rápida buscando otras alternativas”, dice.
La preparación
Su preparación exige disciplina, con entrenamientos de dos horas y media o tres 5-6 días por semana. También durante el curso. “Hasta ahora lo he llevado bien con los estudios, a ver qué tal este año, que empiezo 1º de Bachiller... no sé cómo lo voy a gestionar”, reconoce esta estudiante de San Fermin Ikastola. Porque el suyo es un deporte “que si lo dejas un poco se nota mucho. Requiere mucho tiempo. Y sobre todo la velocidad requiere muchas cosas; fuerza, potencia y técnica. Es un conjunto de cosas en las que poco a poco vamos mejorando, pero que cuesta bastante”.
En los entrenamientos le guía Mateusz Miroslaw, seleccionador español de velocidad “que ha sido el entrenador de la campeona olímpica. Estoy muy agradecida por todo su apoyo”. Se acuerda también de Sergio Delgado, ex seleccionador y entrenador de la selección Navarra “que me guiaba en los entrenamientos y me ayudó a mejorar mientras no tenía un entrenador específico, a pesar de no estar especializado en velocidad”, y se muestra agradecida con su familia “por apoyarme siempre en todo lo que hago, y más ahora con los viajes a competiciones internacionales”.
Ella, mientras tanto, no se aburre de enfrentarse una y otra vez con esos 15 metros de pared: “Es una modalidad muy explosiva y dependiendo del entreno vas variando cosas. Lo que me motiva es bajar de tiempos, y sobre todo el compañerismo de este deporte”.